Era más fácil endulzar el Mar Muerto que encontrar el gol para España y, peor aún, golear a los teutones. Anotar se había convertido en una tarea compleja, en una ecuación difícil de descifrar, pero curiosamente el equipo jugaba bien. Ese olfato de gol no lo conseguían en los últimos tres partidos (una derrota y dos empates). Ante Ucrania cayeron sin marcar y frente a Holanda y Suiza empataron a un gol. Y como si la portería y el balón fueran polos opuestos Sergio Ramos falló dos penaltis en ese proceso. Esa página es historia antigua para la Roja que humilló en Sevilla (6-0) a Alemania, quedándose con el liderato del cuarto grupo de la Liga de Naciones y así avanzar a la Final Four.
Según los medios españoles es la mayor goleada en la historia de Alemania en un partido oficial. Y hay que retroceder hasta 1931 para recordar una goleada así, pero ocurrió en un partido amistoso ante Austria. No es normal un desplome como el visto en La Cartuja, nombre del estadio, sin embargo se logró con toques precisos, robos constantes, extraordinaria circulación de la pelota y una definición letal liderada por el joven de 20 años Ferrán Torres, quien marcó tres, además del de Morata, Rodri y Oyarzabal, la figura de la Real Sociedad, líder actual de LaLiga. El ataque despiadado español se reflejó en los números: 23 disparos y solo dos de los alemanes, quienes no hicieron uno solo a puerta, mientras fueron domados y reducidos al 30 por ciento de la posesión.
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En el otro grupo, Portugal remontó a Croacia 3-2 con un extraordinario partido de Rubén Dias, un defensor que hizo dos anotaciones, además de la de Joao Félix. Por Croacia Mateo Kovacic también anotó dos para los subcampeones mundiales. Asimismo, Francia se consolidó en el liderato del grupo sobre Portugal al vencer 4-2 a Suecia.