La revancha en Las Vegas terminó en incertidumbre por un cabezazo. Joshua Franco regresó a su esquina después del primer asalto con el ojo derecho completamente cerrado, pero no se había observado un golpe letal de Andrew Moloney para causar esas consecuencias. Finalmente, en el segundo asalto el réferi detuvo las acciones y aseguró que lo sucedió había sido con la cabeza y no con un golpe. Luego de 27 minutos de revisión en video se ratificó el fallo, dejando como campeón regular de la AMB a Franco. Una vez concluido todo surgió la interrogante: ¿Cuál de los dos peleadores puede ser capaz de vencer a Chocolatito?
Ambos púgiles son antagónicos. Franco alto, de brazos largo, tosco y de una sola línea: sin muchas variantes, se presenta como un pugilista de gran resistencia, con la capacidad de lanzar sin pausas, pero muy vulnerable defensivamente. Similar a Elwin Soto, oculta sus deficiencias tirando golpes sin descanso para conseguir puntos. Entretanto, Moloney es más boxeador, técnicamente depurado, con combinaciones variadas y mucha velocidad. El primero resiste embestidas y el segundo es su talón de Aquiles. A Moloney la presión lo agobia, lo minimiza y lo convierte a un pugilista manejable.
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En un combate frente a Franco, Chocolatito tendría que hacer algunos ajustes por la altura del rival y la extensión de brazos. El combate sería de una sola cara. Román haría una pelea en corto hasta irlo minando poco a poco. El desenlace no sería ninguna incógnita: triunfo para el nicaragüense, pero no sería capaz de noquearlo en los primeros asaltos, sino en la recta final del combate. Además, se embolsaría más de 500,000 dólares, tomando como referencia la última pelea ante Israel “Jiga” González.
Con Moloney la pelea tendría otro tipo de giro. Un boxeador más completo puede ser un oponente más exigente para el supercampeón de las 115 libras de la AMB. Por su velocidad, el australiano no solo ganaría varios asaltos iniciales, sino que desgastaría un poco a Chocolatito por su constante movilidad sobre el cuadrilátero. No obstante, una vez que Román encuentra la forma de cerrarle los espacios, despliegue su tren de combinaciones sin pausas y le corte el oxígeno, la pelea podría terminar con un nocaut aplastante debido a que al contendiente no le quedaría otra opción de intercambiar con González.
Si el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) se sigue interponiendo en la realización de esa pelea entre Chocolatito y el Gallo, cualquiera de los dos como rivales será un buen fogueo de cara a la revancha.