Jerson Ortiz durmió tranquilo en su cama en compañía de su esposa la noche del miércoles. Terminó su pesadilla según relata a LA PRENSA. El boxeador de 26 años había sido acusado por la Policía Nacional de ser el autor de los disparos que le quitaron la vida a David Briceño. No obstante, Valeska Briceño, hermana del fallecido y quien lo había identificado se retractó y lo eximió de culpa. “Siempre supe que era inocente, tenía mi conciencia tranquila. Sabía que más temprano que tarde estaría en libertad”, indica Ortiz, quien se dirige a entrenar al Gimnasio Róger Deshón junto a sus dos adiestradores: Julio “Yambito” Gamboa y Gustavo Herrera.
“Tuve en el lugar equivocado en el momento equivocado. Lo único que hice fue ayudar al muchacho que había sido golpeado. Luego me fui a mi casa, al día siguiente llegó la Policía a mi casa y dijeron que harían una investigación sobre mí porque había un homicidio. Yo no tuve problemas en acceder, luego estuve en una celda hasta que me dieron la libertad porque la muchacha (hermana del fallecido) me había confundido. Yo estuve en ese bar con un amigo y repito, solo auxilié e alguien que estaba golpeado. No soy ningún asesino, ni tampoco pistolero como muchos me acusaron. Soy un boxeador que quiere ser campeón mundial”, relató Ortiz.
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Sobre el comunicado de la Policía en el cual hacían énfasis que habían encontrado en Ortiz residuos de pólvora en la mano y vestimenta, el pugilista no lo entiende. “Nunca he disparado. No lo entiendo. Lo bueno es que Dios no me desamparó. Me toca seguir en lo mío. Yo lo que quiero es cumplir mi sueño de ser campeón y mantenerme como una persona de bien porque estar en la cárcel es una pesadilla, sentía que me desmoronaba y me sentía mal porque desconocía todo lo que pasaba. Estando ahí te pasan muchas ideas por la cabeza, pero lo único que quería era regresar al boxeo y estar con mi esposa Gabriela”, explicó Ortiz.
Según relata el exranqueado mundial, esta situación afectó enormemente su imagen. “Siempre he sido una persona disciplinada y la vagancia no es lo mío. Esto me motiva a seguir firme. Espero que esta pesadilla haya quedado atrás y seguir con mi vida. Le agradezco a mis entrenadores Gustavo Herrera y Yambito que siempre creyeron en mí”.
El Guerrerito como se le conoce a Ortiz en el boxeo pretende pelear en diciembre. “Estoy disponible, quiero subir al ring”, concluyó.