El 2020 ha sido un año difícil para la población mundial, por el Covid-19, pero sobre todo para los sectores más vulnerables. Uno de los grupos que requieren mayor atención y protección se encuentran las personas con VIH, para quienes este año ha sido de retos.
Arely Cano, defensora de los derechos humanos de las personas con VIH, dijo que entre los principales retos que enfrenta este grupo de personas está el acceso a la medicación en tiempos de pandemia “Estamos en un año donde tenemos incertidumbre, incluso para el año 2021, porque parte de los retos que tenemos es el acceso a la medicación. Todavía es un reto en nuestro país y en los demás países ahora mismo el acceso a la medicación a los tratamientos retrovirales, el acceso a las pruebas de diagnóstico de carga viral. Algunos factores son medicamentos no disponibles, pero que se habían solucionado de alguna y otra manera entre mayo y junio”, detalló Cano.
La Organización Mundial de la Salud y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) han pedido a los países mejorar la logística para trasladar la medicación, los tratamientos antirretrovirales, las pruebas especiales para carga viral y también diagnósticos para hacer pruebas de VIH. “Esto complejiza también porque los laboratorios no están produciendo los medicamento antirretrovirales”, dijo Cano.
Sumado a esto y como problema recurrente de todos los años, la defensora aseguró que el estigma y la discriminación siguen estando presentes hacia las personas portadoras de VIH.
Sin estadísticas actuales
Cano destacó que el 2020 cerrará sin estadísticas públicas sobre el VIH en Nicaragua. “Por ejemplo el último semestre de este año no tuvimos información disponible pública. Sabemos que hay información en el sistema de salud pero no es pública para que nos permita saber cómo cerramos el 2020 en cuanto a la pandemia del VIH. Además de eso, que nos permita conocer los factores de vulnerabilidad que tuvieron las personas con VIH, tomando en cuenta la pandemia del Covid.”, explicó.
Con la información, dijo la defensora, las organizaciones e instituciones pueden intervenir y diseñar estrategias.
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Retraso en educación sexual
Otra de las demandas frecuentes de las personas con VIH es una educación sexual adecuada a los jóvenes que permita reducir el contagio.
“La educación sexual en nuestro país es mínima, en el sentido que no es una educación sexual abierta que permita que los chavalos y las chavalas tomen conciencia de las realidades y los factores de vulnerabilidad, misma que pueden vivir al tener relaciones sexuales. N solamente por el tema del VIH, sino de embarazos no deseados”, señaló Cano.
Remarcó que los datos del primer semestre del 2020 resaltan que una de las poblaciones más afectadas por el VIH eran los jóvenes entre los 18 a los 37 años de edad. “Al no tener información para los chavalos, esto los pone en desventaja. Bajó la calidad de la educación en términos de educación sexual”, dice.
Considera que por el Covid-19 se ha desviado la mirada hacia el VIH y esto puede traducirse a una mayor transmisión. Así como la falta de medicación puede significar más casos de VIH avanzado o un incremento de las muertes por esta causa.