Luis Montealto acaba de ingresar al terreno por una lesión de Gabriel Quintana. Benjamín Alegría conecta un batazo a los jardines y el joven corre sin pausas en su búsqueda. Se lanza por ella y la mano izquierda se enreda entre el guante y el césped. La mano enguantada impactó tan fuerte que se fracturó. Montealto quedó tendido. Inmediatamente supo que algo andaba mal. Se detuvo el juego, llegaron los paramédicos y cuando le tomaron una placa en el hospital, el ortopedista encontró la fractura en la muñeca izquierda.
Para Montealto era el final de su paso por la Liga Profesional en esta temporada con los Tigres de Chinandega. El joven había rendido con un .296 de promedio de bateo con ocho imparables en 27 turnos, siendo tres de ellos dobles. Y aunque solo inició en seis encuentros como titular, entró en nueve duelos para asegurar los jardines. “Noté rápidamente que algo no estaba bien. Dios sabe porque pasan las cosas. Estoy tranquilo porque me lesioné haciendo lo que más me gusta. Lo único que me incomoda es perderme la Liga porque tenemos un bonito equipo y me siento gradecido con Vicente Padilla y la directiva por haber confiado en mí”, indicó Montealto, quien ya se trasladó a su casa en Rivas.
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Montealto deberá permanecer con un yeso durante seis semanas, posteriormente le será removido y empezará las terapias que podrían tardar hasta dos semanas, todo en dependencia de la evolución de la lesión. “Actualmente estoy con dolor, pero uno como jugador aprende a vivir con el dolor. En el hospital me dieron el alta médica y debo enfocarme en mi recuperación. Es la lesión más dura en mi carrera y creo que también me perderé el inicio del Pomares en febrero porque no tendré condición física”, explicó el joven jardinero.