Joel Fuentes pasó el sábado, en el día de descanso del equipo, dándole vueltas a la cabeza de cómo salir del agujero oscuro donde están los Gigantes de Rivas. Cuando se conformó el equipo, los aficionados bromeaban y decían: “Hay que darle el título al Rivas”. Ahora el estratega boricua está en el ojo del huracán porque su Ferrari no está en la pole. No obstante, el adiestrador no se esconde, no rehúye a ninguna pregunta, explica lo que tiene explicación, trabaja con datos, hace ajustes con sus coaches a las debilidades de sus bateadores, pícheres y, sobre todo, es un creyente de la fe. Sabe que hay cosas que se le escapan de las manos y se entrega a Dios para que guíe su camino.
¿Qué le pasa al equipo? ¿Por qué no gana?
Si vos vas y estás un día con nosotros, vas a ver que las vibras son buenas, el ánimo siempre está ahí y con base a la situación de lo que pasamos, no tenemos ningún secreto. La defensiva y el picheo han sido inconsistentes, y en algún momento, tengo la fe de salir de todo esto. Muchos equipos padecen de esto y en momentos así es cuando surge el carácter y compromiso de cada uno de mis muchachos.
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¿Cómo se trabaja para saltar el bache?
La parte mental es clave, uno trata de hablar con los peloteros y saber si tienen algún problema fuera del terreno, también nos encargamos de mostrarles cómo pueden ser mejores bateadores o lanzadores, de acuerdo con lo que nosotros sabemos. Todo enfocado a que encuentren el ritmo. Cuando uno está en slump, es difícil salir de ello. Ahorita estamos afectados en la ofensiva y defensiva. Es difícil cuando uno ve cómo se batalla para salir del problema y aun así no se sale.
¿Qué tanto afectó la salida de Danry Vásquez?
Él era clave. Era una chispa. Empezó lento pero poco a poco trabajamos con él. Le dábamos los reportes de cómo atacar temprano o tendencias que estaban haciendo los lanzadores con él y se recuperó rápidamente. Él era un muchacho que también mantenía el ánimo del equipo. Al final su vacío se nota.
¿Cree que Isaac Benard le dará el impulso que necesita el equipo?
Sé que es un jardinero, siempre está entre los primeros bateadores, es un muchacho disciplinado en el plato y batea de contacto y le da sólido. Hace poco pude recopilar muchos de sus reportes cuando estaba con Tampa. Le dará un poco más de empuje al equipo.
¿Cómo maneja las críticas?
No soy el único que paso por estas situaciones y tengo con un compromiso con el departamento, la administración y equipo y hay que echar el equipo para adelante. La administración ha hecho un buen trabajo con los peloteros, no puedo vivir con las críticas. Cuando las cosas están bien, todo es color de rosa y cuando está mal, no van a botar a 30 peloteros sino a una persona. Tengo la esperanza y estamos con cierta ventaja sobre el Bóer; nos toca mantenerla y seguir luchando.
¿Le da miedo ser despedido?
No, siempre he creído que tengo que hacer el trabajo y hacerlo de la manera correcta, esforzándome al máximo y tengo un equipo bueno y podemos salir de este bache. En un momento todo puede cambiar, todo lo que es perfecto se convierte en deficiencia y los que empiezan deficiente suben de nivel, encontraremos la luz. El equipo dará un giro drástico.
¿Le asusta quedar eliminado por el Bóer?
Si nos eliminaran no sería aceptable, pero lamentablemente el beisbol es impredecible y no subestimaremos a nadie.
¿Está sorprendido con los números de Carlos Teller, Luis Allen y Fidencio Flores?
Me sorprenden y ellos tienen un compromiso bien grande.
¿Cómo está la actitud del equipo?
Todos saben por lo que pasamos. Lo que te puedo decir en cuanto a su actitud de compromiso, es que están al ciento por ciento, trabajan duro en los entrenamientos. En algún momento vamos a sincronizar en todos los departamentos del juego.
¿Le puede asegurar a los rivenses que van a clasificar?
Tengo la fe bien grande en cada uno de mis muchachos y confío al ciento por ciento que vamos clasificar y pelear el campeonato.