Jason Ingram está alcanzando poco a poco sus sueños profesionales: salió en 2019 al extranjero y este año se consolidó en el Santos Guápiles con la intención de dar el salto a una Liga europea más exigente o un club más grande. El buen desempeño del blufileño —16 partidos de titulares— le valió para llamar la atención de clubes de otros continentes y dos de los más importantes de Costa Rica: el Herediano y Alajuelense.
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Según la prensa costarricense ambos equipos han preguntado por él. El Alajuelense lo hizo a mitad del torneo y el Herediano al final, sin embargo, los periodistas ticos consideran difícil que salga del Santos porque tiene contrato hasta el 2021 y posiblemente creen que no pagarán por comprar la ficha o un préstamo. “Mi mente está en el Santos, mi equipo, no pienso en nada más. Lo que venga se va a valorar, se tomará una decisión fría buscando una estabilidad y todo lo que eso conlleva: un buen contrato, buen equipo y una buena liga”, señala Ingram, de 23 años.
El representante de Ingram le está buscando mercado en Europa y algunos equipos han mostrado interés. La idea del encargado de la negociación —explicaron— es tratar de conseguir al Santos una retribución o en caso extremo buscar lo mejor para el jugador en el momento y obtener ese beneficio en el futuro. “Desconozco todo eso, de eso se encarga el representante. Ahorita estoy concentrado en la Selección Nacional y después aprovechar las vacaciones con mi hija”, asegura.
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Un gran torneo
Ingram salió de titular en los 16 partidos de etapa regular y disputó 15 completos para acumular 1,428 minutos, el tiempo más alto de un jugador en el futbol tico. “Mi mentalidad era ser siempre titular y jugar todos los partidos posibles. Venía trabajando en tener un mejor rendimiento físicamente porque eso influye, siempre tengo mi rutina en el gimnasio, es un estilo de vida y los jugadores tiene que acoplarse a eso si quieren rendir. Hago trabajo extra en la cancha, me quedo 10 o 20 minutos haciendo centros, uno tiene que mejorar y saber lo que falta. Siempre estoy ahí con los profes haciendo trabajo extra para perfeccionar todo”, indica.
El defensor se siente orgulloso por lo que está logrando y recuerda todas las dificultades superadas para lograrlo. “No ha sido nada fácil, he pasado fuera de mi familia toda la vida al estar en selecciones y equipos, y ahora no paso tiempo con mi hija, quien es mi motivación. Todo lo difícil tiene su recompensa, pero pienso en crecer, esforzarme porque aún no he ganado. Mi meta es llegar a las ligas más importantes del mundo”, confiesa Ingram.