No soy analista político, ni poseo la virtud de los que saben todo, tampoco soy miembro del club de oráculos de San Marcos, pero puedo rescatar algo de la fuente inagotable de sabiduría de los de a pie, gnosis que arrogantemente es desechada por los “iluminados”.
Ese grupo inmenso con “conocimientos mágicos” de licenciados en universidad de la calle y con posgrado en los mercados, están claros que para aumentar las posibilidades de un triunfo electoral hay elementos básicos para conseguirlo y, también, cosas de las que hay que distanciarse para potenciar el triunfo:
1. No se puede ir a las elecciones en noviembre del 2021 sin que se hayan hecho los cambios necesarios a la Ley Electoral y sin cambiar a los magistrados.
2. El irrestricto derecho a la libertad de prensa, de asociación, de movimiento, etc., son de ineludible cumplimiento.
3. La oposición debe ser representada por un líder empático, que se conecte e inspire a la población, carismático, con trayectoria impecable, honrado, con buenas credenciales de experiencia y académicas, conocedor de los problemas que nos agobian, acompañados de propuestas de solución viables, que disponga de las características para ser un verdadero servidor público y que seleccione a ministros y asesores con la solidez profesional y moral que lo ayuden a gobernar eficientemente. Parafraseando a monseñor Rolando Álvarez: Nicaragua tiene un reservorio de ciudadanos con muchas de esas características.
4. Es crítico trabajar con un partido legalmente constituido que tenga bien organizado su tendido electoral en todo el país y, muy significativo, que sea potable para la ciudadanía.
5. Muy importante es deslindarse y decantar a los partidos políticos que en vez de sumar restan, porque son “vendidos”, y otros porque su deplorable historia genera gran cantidad de anticuerpos que ahuyentan a una fuerte masa de votantes, disminuyendo, así, posibles votos.
6. Programa masivo de propaganda en todos los medios disponibles y redes sociales para que la mayor parte de votantes conozcan a sus candidatos y la parte medular del plan de gobierno.
7. Programa exhaustivo y agobiante de visitas, priorizando los principales centros poblacionales. ¡El pueblo necesita conocer a su líder! ¿Quiénes de los mencionados para representarnos en las elecciones son conocidos en toda Nicaragua?
Al día de hoy, la gente no ve el sentido de inmediatez en la oposición que priorice la elección del líder idóneo, esta hibernación produce el efecto contrario al de catapultar a la población, desde ya, en el empoderamiento de un proyecto ganador. Sin un líder, los ciudadanos seguiremos decepcionados por una inercia interminable muy nociva para la democracia. El “tirar la toalla” no es opción aceptable para ningún ciudadano responsable… pero hay cansancio generalizado.
Procrastinar por falta de coraje, agresividad o de tratar de quedar bien con Dios y con el diablo no es saludable. Claro está que en “realpolitik” hay influencias considerables de grupos cuyas “recomendaciones” deben de ser tomadas muy en cuenta. Los poderes fácticos predominantes que controlan: a) el empujar un proyecto de nación con justicia social y de privilegiar a los menos favorecidos de nuestra sociedad, b) los bolsillos profundos (financiación de campaña), c) la influencia internacional (factores exógenos), siempre estarán omnipresentes en nuestro quehacer nacional, queramos o no. Creo que esta realidad es perfectamente entendible por la ciudadanía.
Los intereses de la nación deben anteponerse a intereses personales y de grupúsculos que quieren secuestrar a la oposición con propósitos sectarios y egoístas.
El tiempo se acaba, es corto, estamos escasamente a un año de las próximas elecciones y aún no sabemos quién nos va a liderar al triunfo. Como decía nuestro queridísimo Cantinflas: cámaras, acción.
El autor es MBA de Indiana University.