A pesar de que las pruebas de PCR (reacción de la cadena de polimerasa) y las pruebas rápidas han sido la primera opción en el mundo para detectar el virus SARS-CoV-2, autoridades y científicos investigan y emplean otros métodos para rastrear los casos e intentar frenar el avance de la pandemia.
Recientemente se conoció que China está utilizando las pruebas rectales como una alternativa más eficaz para detectar nuevos casos. De acuerdo a una publicación de la cadena Deutsche Welle y que cita a la televisión pública CCTV, las autoridades sanitarias les practicaron la prueba rectal a algunos pobladores de Pekín, donde se conocieron nuevos contagios del virus.
La prueba, agrega el medio, también se estaría aplicando a personas que cumplen cuarentena obligatoria en hoteles de la zona y extranjeros que llegan al país.
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El médico Li Tongzeng, del hospital You’an de Pekín, aseguró a CCTV que este tipo de test «aumenta la tasa de detección de personas infectadas», ya que el virus permanece más tiempo en el ano que en las vías respiratorias. La medida ha causado polémica en diferentes partes del mundo y sobre todo en las redes sociales, ya que los usuarios aseguran que se trata de un método incómodo.
En la detección de casos de Covid-19, cada país ha determinado el tipo de prueba que realiza a sus ciudadanos. De acuerdo a la doctora Perla Marina Orozco, quien trabaja en un laboratorio de Estados Unidos con pruebas de PCR, este tipo de prueba, que es la más en común en todos los países, se obtiene a través de muestras tomadas en la nariz, saliva, en los costados de la boca y de la flema.
Por su parte, científicos de Estados Unidos, de acuerdo a una publicación del periódico The New York Times, estudian las pruebas de olfato como una alternativa para detectar uno de los síntomas propios de la enfermedad como es la pérdida del olfato y del gusto, conocido como anosmia, incluso en personas que son asintomáticas. La prueba consiste en que la persona huela una tira de papel que lleva un olor impregnado.
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El artículo aclara que la prueba no puede diagnosticar el virus ni la enfermedad, pero sí ayudar a detectar más casos.
La publicación señala que el estudio de una revista científica y que aún no ha sido publicado, reveló que “las pruebas basadas en el olfateo, si son administradas con suficiente frecuencia y amplitud, podrían detectar suficientes casos como para reducir de manera sustancial la transmisión”.
El médico Daniel Larremore, autor del estudio e investigador de salud pública de la Universidad de Colorado, citado por la publicación, aseguró que este tipo de pruebas se utilizan en algunos entornos clínicos y de investigación; y que su costo es muy elevado y no hay mucha disponibilidad de estos tests.
Olfatest
Argentina es uno de los países que ya está implementando las pruebas olfativas, desde septiembre del año pasado. El test fue desarrollado por expertos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y lo denominaron Olfatest, para determinar la pérdida de este sentido.
“La idea de hacer el primer kit nacional de identificación de olores nació cuando se comenzó a saber que uno de los síntomas del coronavirus era la repentina pérdida de olfato. El disparador fueron las noticias de los estudios científicos internacionales que fueron corroborando esa información. Desde hace unos 10 años que venimos trabajando en este tipo de metodologías para diagnosticar y evaluar pérdidas de olfato. Desde allí quedamos en contacto con especialistas en otorrinolaringología que hoy finalmente integran este proyecto que busca ser una herramienta más para detectar posibles portadores del nuevo coronavirus y así aislarlos antes de que sigan contagiando”, aseguró Fernando Pino, jefe del área Análisis Sensorial, a Infobae en ese momento.
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El test detecta si una persona perdió el olfato y para la prueba, el paciente se ubica a dos metros de distancia del trabajador sanitario que aplica la misma. El paciente es evaluado con el olfato de tres a seis olores, y cada test cuenta con un solo olor y cuatro opciones para elegir.
De acuerdo al especialista, aunque la prueba no detecta el virus permite que se aislen los casos sospechosos y no se ponga en riesgo al paciente ya que los olores no son tóxicos ni perjudiciales.