Son las cuatro de la mañana, el sol aún descansa, el canto de los gallos se escucha a lo lejos anunciando un nuevo amanecer. Es tiempo que Julissa del Carmen Acevedo se levante de la cama, se bañe, agarre su bolso y salga en su motocicleta rumbo al Estadio Nacional de futbol a entrenar. Desde los 14 años empezó a practicar el balompié, ahora con 29 años recuerda la frase que la motivó a cumplir su sueño de ser una jugadora reconocida en el país.
“Mis tíos me decían que no podía jugar futbol porque es un juego para varones, si te gusta es porque eres lesbiana, en mi familia soy la única que practica deportes. En la cuadra donde vivo me gustaba jugar con los chavalos, por eso me decían que era marimacha”, comenta Acevedo.
A pesar de ser objeto de burlas en su casa, Julissa no desistió de su sueño y pronto encontró el camino hacia la meta cuando recibió el apoyo de un vecino que tenía amistad con el entrenador del equipo femenino de la UAM en Primera División y así fue como logró ingresar al engramado a los 15 años en 2008.
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“Mi propósito siempre fue ser una jugadora destacada, jugar con la Selección Nacional y lo conseguí, anoté siete goles en torneos internacionales y fue sin duda uno de mis mayores logros. Incluso mis amistades y familiares me dijeron que quien iba a pensar que llegaría lejos en el futbol”, relata Julissa.
Acevedo menciona que aparte de ser jugadora activa con la UNAN Managua en Primera División, también tiene un trabajo formal de lunes a sábado en una empresa privada en Managua, donde se desempeña en el área de recursos humanos. “Gracias a Dios y al futbol logré sacar mi profesión (Administración de Empresas), en la UNAN recibo un viático de 8,000 córdobas mensuales por jugar, pero con eso no puedo vivir y es por esa razón que debo tener un trabajo estable”, asegura la jugadora.
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Son casi las 7:30 de la mañana y debe abandonar el entrenamiento, es hora de irse. Julissa ya lleva lista su ropa para ir al trabajo, se cambia en los camerinos del estadio, guarda en su bolso sus zapatos de practica y su uniforme con el número 13 en la espalda. A las 8:00 am debe de estar en la empresa, es por ello que desde la noche anterior deja listo su bolso, su desayuno y almuerzo para cumplir con la exigencia del entrenamiento y de su jornada laboral.
La goleadora ha participado con equipos de mucha historia en Primera División. En 2014 fue parte del equipo que le dio el único campeonato al Saúl Álvarez de Masaya, derrotando en la final a la UNAN Managua. En 2010 nuevamente se consagró campeona, esa vez con el Cacique Diriangén ante las universitarias y con la UNAN lleva tres temporadas donde ha obtenido dos títulos.