Muchos emprendimientos, proyectos y relaciones atraviesan momentos difíciles: asuntos que no resultan, pérdidas económicas por diferentes factores, cierres forzados de operaciones, relaciones que no funcionan, desempleo, entre otros.
Se ha creído que los fracasos son malos por las pérdidas económicas o rupturas que estos conllevan. Sin embargo, en realidad hay un valor intangible muy importante. Podemos ver la situación desde otra perspectiva y encontrar el valor de este proceso de pérdida.
Entender que cuando la vida te quita algo también te da algo nuevo. Cuando una puerta se cierra también otra nueva se abre si estamos listos. No hay pérdidas sin ganancias si aprendemos a verlas e identificarlas. El fracaso tiene sus bondades:
– Se aprenden nuevas lecciones y se empieza a ver claramente lo que no se debe repetir, lo que sí funciona y los cambios que se pueden implementar. Vivir de prueba y errores es un proceso muy aleccionador que no debería estigmatizarse.
– Se prepara mejor para proyectos futuros con un enfoque más crítico y analítico. Los triunfos se valoran aún más después de un proceso previo de pérdidas.
– Las personas se vuelven más conscientes y esforzadas después de que sus expectativas no fueron las esperadas. Se trata de enfrentar los nuevos retos con mayor experiencia, esfuerzo e ímpetu.
– Se fortalece la resiliencia. Cuando enfrentamos dificultades y las superamos nos llenamos de experiencia de vida, aprendizajes y más sabiduría. Es importante apreciar las lecciones que se nos están presentando. El fracaso nunca es una pérdida de tiempo es una oportunidad y una lección vida.
Algo muy importante para las personas que viven estos procesos, es desidentificarse del fracaso. Esto quiere decir que cuando algo no ha dado los resultados esperados, no significa que seas un profesional incompetente o una mala persona.
Muchos llegan a sentirse personalmente desilusionados o decepcionados de ellos mismos, cuando en realidad lo que se requiere es el ánimo y la fuerza para volver a intentarlo ya sea en el mundo personal o laboral.
Recuerda que nada es malo, todo depende del lente con que lo veas. El éxito será la visión y actitud que decidamos tener ante lo que estamos enfrentando. La realidad se crea en nuestra mente a través de nuestras percepciones y sistema de creencias.
¡Comparte estas reflexiones con alguien que se sienta que ha fracasado para que cambie la mirada!
Nadia Vado, autora y conferencista.
www.nadiavado.com