Todo se desplomó en los últimos seis juegos. El Cartaginés sumó dos puntos de 18 posibles, una crisis desproporcional por la inversión y a los jugadores llamados a dar un paso adelante como Byron Bonilla. El granadino ha desaparecido, igual que el resto, tras su brillante inicio. El sábado deambuló en el campo sin mayor trascendencia, alejado de su llamativo inicio que hizo reposar tranquilamente en el pasado al cubano Marcel Hernández, el capitán y goleador en los últimos cuatro torneos.
El Cartaginés cayó 3-1 este sábado ante Sporting con un jugador adicional desde el minuto 33. Bonilla estuvo más de una hora de juego (68) inadvertido, muy alejado de los primeros juegos donde el Cartaginés marchaba como se esperaba. El granadino le dio el triunfo 1-0 con un gol en la primera fecha. En la segunda no marcó, pero participó de forma indirecta en una de los dos goles en el triunfo sobre Guadalupe. En la siguiente jornada no pudo impedir el revés del equipo y en la cuarta marcó el único tanto del empate 1-1 ante Limón. Después de ahí se apagó porque no ha aportado ni indirectamente con ninguno de los cuatro goles ni sus compañeros han asumido un papel similar.
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La prensa costarricense le recordó el 5 de febrero a Hernán Medford la dependencia del Cartaginés en Marcel Hernández, quien decidió alcanzar objetivos más ambiciosos y se marchó al Alajuelense. El técnico de los Brumosos ese día perdió la paciencia al tener ante sus ojos la realidad: el Cartaginés de ahora sumaba siete goles en la misma cantidad de fechas y el curso pasado en el mismo recorrido registraba 18 y siete del cubano.
Una semana después, Medford cedió ante la evidencia. El Cartaginés vive una crisis insospechada tras su última derrota. “Fue un desastre, ridículo y falta de vergüenza”, recriminó el estratega durante la conferencia. Las palabras del entrenador corresponde al contexto del partido, pero también se aplican al momento del equipo que es noveno con ocho puntos, a dos del Saprissa, que tiene un partido menos, el cuarto lugar y último cupo a semifinal.
El Cartaginés fue diseñado para seguir siendo protagonista y avanzar más allá de la semifinal, como en los dos torneos anteriores, aún sin Marcel Hernández. La directiva contrató al experimentado delantero hondureño Roger Rojas y reforzó la defensa con el capitán de la Selección de Panamá, Román Torres, y el experimentado defensor Bismar Acosta —más de 200 partidos en Europa— para fortalecerse atrás y equilibrar la falta de goles. Pero nada ha salido bien los últimos seis partidos en lo que acumula dos empates.