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Román González en la esquina durante la pelea ante el Gallo Estrada. LAPRENSA/TOMADA DE END

Los cinco errores que cometió Román González en la primera pelea contra el Gallo Estrada

En esta primera entrega te presentamos los cinco errores del nicaragüense en 2012 que no debe cometer este 13 de marzo en Dallas, Texas, si quiere salir con la victoria

Cada vez más el reloj de arena avanza y la revancha entre Román González y Juan Francisco Estrada es palpable. Analizando la primera pelea entre ambos pugilistas, realizada ocho años atrás, es una referencia de cara al futuro, pero nadie garantiza que la venidera será una fotocopia. Las revanchas pueden ser magistrales o un fracaso, al menos hay unanimidad en los especialistas que esta no será así. En esta primera entrega, te presentamos los cinco errores del nicaragüense en 2012 que no debe cometer este 13 de marzo en Dallas, Texas, si quiere salir con la victoria.

Curiosamente, Chocolatito casi no cometió errores durante la pelea. Los dos fallos iniciales ocurrieron previo a la pelea. Primero realizó un entrenamiento decente, pero no de alto nivel. González no hizo campamento, se entrenó en Nicaragua junto a Arnulfo Obando y su papá Luis González. Existieron muchas distracciones en el país que pudieron pasarle factura durante la pelea. En varias ocasiones el tetracampeón se quedaba sin lanzar golpes, agotado por la exigencia del Gallo, pero también por no tener el tercer pulmón que se le pide a los boxeadores. En la actualidad corrigió ese error al trabajar en Coachella con Marcos Caballero, pero está la duda si ocho semanas serán suficientes.

En aquel noviembre de 2012, Chocolatito viajó con su familia a California. En ese entonces lo acompañó su esposa e hijo. González confundió su trabajo con un viaje de paseo. La enfermedad de su hijo Román en la semana del combate provocó desvelos en el monarca de las 108 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). También existen reportes de las molestias en Obando porque Chocolatito decidió quedarse en una habitación con su familia, cuando el entrenador exigía que estuviera alejado de ellos. No obstante, el talento de González fue tan grande que se impuso a sus mismas barreras previas a la reyerta.

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El tercer error fue empezar frío y dejar la iniciativa a su oponente. Esto suele ocurrir mucho en Chocolatito. Deja el primer asalto para analizar al rival y luego empezar su tren de descarga. El problema es que nadie sabía que sería un combate muy parejo y a la larga ceder un asalto puede significar la despedida de su cetro mundial. Ahora que ya se conocen a la perfección sería un total desperdicio ceder terreno.

Por otro lado, González debe ser más cauto y saber retroceder cuando haya mucha dinamita cerca de su rostro. Esto sucedió en los asaltos finales del combate. Mantuvo el ritmo de pelea hacia adelante, lo cual es positivo, pero se quedaba sin aires por momentos y no daba ese paso atrás para salir de la línea de los acontecimientos, recibiendo las combinaciones del mexicano sin piedad, mermándole las condiciones y magullándole el rostro. Este Estrada tendrá más dinamita en sus puños, quedarse así podría significar una caída o un nocaut. A veces es bueno dar un paso atrás para seguir hacia adelante, no siempre es necesario ponerle el pecho a las balas.

El último error de González fue dejar salir al Gallo de las cuerdas. Consiguió de manera perfecta arrinconarlo en varias oportunidades a partir del quinto asalto, sintiéndose vulnerable sobre las sogas. Ahí es donde más daño provocó Chocolatito. Aunque el mexicano era un pugilista habilidoso para salirse de ese círculo del infierno, las cadenas impuestas por González eran abiertas por falta de condición física, el cerrojo ultrajado. Por consiguiente, este punto está directamente relacionado con el primero: no realizar un campamento.

Más allá de esos errores hay un sinnúmero de virtudes en González durante esa primera pelea. La diferencia es que a sus 33 años está más lento y envejecido, mientras el Gallo mantiene su nivel y fortaleza con tres años menos.

Deportes Román González

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