La impotencia albergaba a Román González dentro y fuera del escenario. Se reprochaba una y otra vez qué más tenía que hacer para que los jueces lo declararan ganador del combate. Luego de haber navegado en el infierno y salir vivo contra Rungvisai en Nueva York, para terminar despojado y cuatro años después volver a entregar la última gota de sudor, de alma y tesón, Chocolatito no entendía por qué había perdido si todos lo veían ganador. Con esa frustración abordo soltó unas palabras que asustan: “Esta será mi última pelea, no he disfrutado suficiente tiempo con mi familia”.
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“Lo qué pasa es que uno se esfuerza tanto por entregar lo mejor de mí y ver estos resultados decepcionan. Estaba José Feliciano en las tarjetas”, agregó Román. También Chocolatito reveló que en esta categoría no se había adaptado. “En este peso hasta ahora me voy adaptando, pero no hay excusas. Me sentí contento y sentí que gané la pelea, las dos. La gente esperaba una pelea aguerrida y lo importante es que salimos bien de salud y ambos hicimos un buen trabajo”, comentó González.
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Asimismo, Román sintió que tenía al azteca al borde del nocaut en ese último episodio. “Di lo mejor. Lo tuve al borde del nocaut pero no se pudo porque Estrada es un peleador que no se da por vencido, demostró lo que debía demostrar y pasó lo que tenía que pasar. No me queda nada más, ahora a disfrutar con mi familia y mis hijos”, concluyó Chocolatito.
El tetracampeón nicaragüense a su retorno al Hotel Thompson en Dallas, prefirió encerrarse en el cuarto, tenía mucho por analizar y una decisión que tomar. Aunque un retiro de Chocolatito se mira prematuro al ver tanta grandeza sobre el ring, esa decisión anda rondando en su cabeza desde que tenía 29 años.