Jerwin Ancajas tenía 17 meses sin pelear desde que había derrotado al chileno Miguel “la Aguja” González. Regresó al ring el sábado y dejó un sabor interesante entre los aficionados del pugilismo con su novena defensa del cetro de las 115 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) ante, el invicto mexicano, Jonathan Rodríguez tras vencer por decisión unánime, pero más allá de eso, dejó constancia de su letal pegada colocando en malas condiciones a su bravo oponente. Ancajas dijo a los periodistas dos consideraciones importantes: quiere que su nombre sea conocido por las personas y pretende pelear contra Román “Chocolatito” González.
“En cada pelea siempre quiero dar lo mejor de mí y dar una buena batalla porque quiero que la gente sepa mi nombre”, dijo Ancajas. “Todo el mundo siempre habla de Estrada, Chocolatito y Rungvisai, por eso estoy emocionado de tener esta oportunidad de mostrar mis habilidades y desafiar a esos muchachos”, agregó el filipino. “Si tuviera que elegir un nombre, me gustaría pelear con Chocolatito porque siempre lo vi en la televisión y es mi ídolo. Ahora, si tengo la oportunidad de pelear contra Chocolatito no dudaría en tomarla porque realmente quiero esa pelea”.
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Ancajas es conocido como el “Mini Pacquiao” por su forma de pelear y el martillo de su mano izquierda. El monarca de las 115 libras solamente ha perdido una vez en su carrera y fue hace nueve años cuando ni siquiera era campeón mundial. Suma 33 triunfos, dos empates un revés y 22 nocauts. Chocolatito no ha querido seguirlo de cerca. Después de su derrota por nocaut contra Rungvisai el tetracampeón pinolero no está interesado en batallar ante púgiles asiáticos con excepción de Kazuto Ioka.
En reiteradas ocasiones ha colocado a un lado enfrentar a Ancajas, prefirió seguir el camino de la revancha en aquel momento ante el Gallo y ahora la trilogía que medirse frente al temible Ancajas, quien podría ser un riesgo para el nicaragüense.