Kevin Vivas, de 18 años de edad, ha tenido que superar momentos difíciles para perseguir sus sueños. Vivas fue convocado el pasado mes de marzo a la Preselección Nacional de Baloncesto que participará en las eliminatorias en El Salvador (del 15 al 19 de abril) rumbo al Mundial de 2023. El joven basquetbolista recibió con enorme entusiasmo su convocatoria y jamás pensó que estaría compartiendo entrenamiento con jugadores de la talla de Bartel López.
Kevin Vivas nació en Managua, pero su padre es oriundo de Bluefields, tuvo que trabajar con su papá en soldadura y electricidad para costear su pasaje y su comida para asistir a los entrenamientos de la Preselección. “En ocasiones no tenía dinero para ir al Polideportivo Alexis Argüello, pero de alguna u otra forma siempre logré conseguir. Tengo un amigo que es taxista y él me ha ayudado varias veces para poder regresar a mi casa”, relata el jugador quien se desempeña como armador y escolta.
Vivas asegura que uno de los momentos más tristes y complicados es cuando no tiene el dinero para comprar sus zapatos de juego. “Los zapatos son demasiado caros y es doloroso no poder comprarlos. Unos buenos tenis cuestan entre 100 y 120 dólares y yo no puedo soñar con tener uno de esos”, afirma Kevin.
Puede leer: El Real Estelí rompe la Liga de Campeones de Baloncesto y avanza a la final contra Flamengo
A pesar de quedar fuera de la Selección Nacional no pierde la motivación para seguir progresando en el baloncesto. El entrenador de la Selección Nacional, David Rosario, lo alentó a seguir luchando para que en futuras convocatorias sea tomado en cuenta nuevamente. Kevin Vivas menciona que durante los entrenamientos con la Preselección notó que ciertos compañeros lo trataron con indiferencia. Sin embargo, destaca que está acostumbrado a esas situaciones y no le hace perder el enfoque de aprender y mejorar.
Kevin Vivas debutó en Primera División a los 17 años con la Costa Caribe. Actualmente es parte del equipo Los Capitanes en el Torneo Carlos Ulloa in Memoriam. Vivas está cursando quinto año de secundaria y asegura que desea entrar a la universidad para poder sacar una carrera en Ingeniería Industrial o Ingeniería Civil. “Estoy consciente que el basquetbol no me dará de comer. Mientras que mi carrera me abrirá mejores oportunidades para mi futuro”, concluye el capitalino.