En la época de George Steinbrenner, cuando de dinero se trataba los Yanquis de Nueva York no tenían límites, aunque recientemente se tocaron la billetera para adquirir a Gerrit Cole, Corey Kluber y DJ LeMahieu. El primero vale 36 millones de dólares por año, el segundo 11 millones y el tercero 15 millones. En total la tropa de Aaron Boone es la segunda franquicia más costosa en salarios: 200 millones, solamente detrás de los Dodgers de Los Ángeles con un costo anual de 247 millones.
Entre esos exorbitantes salarios están los de algunas figuras con más años en el equipo como Stanton (29 millones) y Chapman (17.5 millones), que tienen peso en el equipo. Hay otros con menor rango pero de igual impacto como el relevista Chad Green, que solo se embolsa 2.1 millones, mientras que Gleyber Torres, cuatro millones. No obstante, el nicaragüense Jonathan Loáisiga aún se mantiene ganando el mínimo con ligeros aumentos. El Pistolero de Las Sierritas se embolsa 595,800 dólares, ocupando apenas el 0.30 por ciento de toda la planilla. Loáisiga tiene el cuarto salario menor de todo el equipo, solamente se encuentra delante de Albert Abreu (536,725), Nick Nelson (575, 150) y Kyle Higashioka (594,000).
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Si el serpentinero nicaragüense consigue una gran actuación en esta campaña y sus números se vuelven un manjar en rendimiento, podría elevar su salario en el primer arbitraje programado para 2022, según el sitio especializado Spotrac. Y así podría seguir sumando hasta quedar en la agencia libre y ostentar un supercontrato que le asegure su vida económica hasta su vejez. Todavía el contrato de Vicente Padilla con los Rangers de Texas sigue siendo el más lucrativo para un jugador nicaragüense. El derecho chinandegano firmó por tres años y 33.7 millones de dólares, elevando sus ganancias totales en 51.6 millones a lo largo de sus 14 años en la Gran Carpa.