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Marcos Zambrana ha disputado 10 partidos con el Junior en la actual temporada. LA PRENSA/ CORTESÍA

El relato de un jugador de Primera División: “Aprendí a valorar mi carrera tras sufrir explotación laboral en México”

Como todo emigrante empezó a buscar trabajo pero sin papeles legales (la visa de turista no le permitía trabajar) solo encontró cupo como vendedor de chips de teléfonos y mesero en una taquería

Era abril de 2018. Nicaragua está en combustión y casi paralizada. Las clases se suspendieron y las personas poco a poco perdieron sus trabajos. Marcos Zambrana, un volante de contención que siempre sobresalió en cada club por sus excelentes cualidades técnicas, estudiaba y lo poco que ganaba jugando en la Segunda División, sumado a la situación del país, era poco alentador para su futuro y decidió marcharse a Monterrey, México, a buscar un mejores oportunidades. Sin tener nada fijo, se aventuró a dejar el país porque era su mejor opción en ese momento y la tomó  sin imaginar que esa experiencia marcaría el resto de vida.

Como todo emigrante empezó a buscar trabajo pero sin papeles legales (la visa de turista no le permitía trabajar) solo encontró cupo como vendedor de chips de teléfonos y mesero en una taquería. “Fui explotado laboralmente en ambos”, confiesa el contención del Junior de la Liga Primera. “Tenía que vender cuatro o cinco chips por día para poder ganar y eran chips que la gente no necesitaba porque ofrecía el mismo plan que otras empresas y necesitaba convencer a las personas para que lo compraran”, dice Zambrana, quien estuvo mes y medio así hasta que no aguantó, renuncio y a los dos días  encontró el otro empleo en el restaurante donde también lo explotaron. “Solo las propinas hacían que valiera la pena aguantar ahí”, asegura el volante de 28 años.

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Fueron casi cuatro meses en los dos empleos en lo que pasó momentos difíciles que no imaginó experimentar y reflexionó mucho sobre su vida deportiva y cómo la estaba desperdiciando al desaprovechar por su indisciplina las oportunidades que le había dado el futbol cuando estuvo en el Ferretti, donde salió campeón en la temporada 2014-15, y su paso por el Juventus 2015-16. “Eso me ayudó a madurar muchísimo porque salí de mi zona de confort. Allá no tenía nada, era encontrar un trabajo y solventar mis gastos o pasar necesidades como muchas personas cuando no están en su país. Eso me hizo valorar el futbol. Algunos jugadores nicas no somos profesionales porque no nos cuidamos como deberíamos y el tiempo que estuve en México pensaba en las oportunidades que tuve en Nicaragua y que si estuviera allá no estaría pasando por esto. Me prometí volver, conseguir una segunda oportunidad y jugar en Primera pero esta vez haría las cosas diferentes”, relata.

Regresó a Nicaragua y encontró cupo en el Junior para jugar en la Segunda División donde quedó campeón en la temporada 2019-20 y ascendió a la Liga Primera. Desde que llegó —cuenta— dejó de trasnochar y tomar licor como antes. “Ahora cuido más mi descanso y alimentación para mantener saludable y evitar las lesiones que también me han afectado mucho”, señala Zambrana, quien poco a poco se está consolidando en el equipo donde pretender contribuir a que permanezca un año más en la máxima categoría y explotar sus cualidades futbolísticamente que siempre lo destacó del resto.

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