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La docente Hermy Quinn impartiendo clases en la escuela normal bilingüe/Foto cortesía de Hermy Quinn

Guardianes de lenguas nativas en Nicaragua. Luchan para que los jóvenes sientan orgullo al hablarlas

Saben hablar en más de cuatro lenguas y enseñan a que las nuevas generaciones sientan orgullo por sus lenguas nativas. La historia de tres docentes que defienden y promueven las lenguas nativas en la Costa Caribe del país.

Suena el teléfono y de inmediato una niña pasa la llamada a la lingüista Cristina Poveda. Sin saber quién la llama, responde en su lengua nativa, mayangna, pero al escuchar la voz, en español, se disculpa y argumenta que pensaba que era su hija y que quería saludarla. Las palabras que había dicho eran de saludos en su lengua materna.

Poveda es originaria de Wasakin, Mina Rosita, y es licenciada en educación intercultural bilingüe y se especializó como lingüista defensora y promotora de las lenguas autóctonas. Es hija de una madre hablante de la lengua mayangna, casada con su padre, un hablante de la lengua miskita, pero fue criada como hablante de ambas lenguas en paralelo.

“Mi madre siempre nos enseñó a mis hermanos y a mí, que a mi padre debíamos hablarle en su lengua nativa, miskita, y a ella nos debíamos dirigir en su lengua nativa, mayangna, para que fuéramos hablantes de ambas lenguas indígenas en paralelo, eso es algo maravilloso, algo hermoso y reconocible que mi madre nos dejó, el regalo de valorar e inculcar la preservación de nuestras lenguas nativas; y eso fue lo que en lo particular me motivó para estudiar y especializarme como lingüista previtalizadora de lenguas autóctonas”, afirma Poveda, quien a sus 62 años se encuentra jubilada.

En junio de 1993, en Nicaragua fue aprobada la Ley de uso oficial de las lenguas de las comunidades de la Costa Atlántica de Nicaragua, Ley N°. 162, que en su artículo 1 destaca: “El español es el idioma oficial del Estado. Las lenguas de las comunidades de la Costa Atlántica de Nicaragua serán de uso oficial en las Regiones Autónomas, en los casos que establezca la presente Ley”.

La lingüista de lenguas mayangna y miskita ha hecho uso y defensa de ese primer artículo de la ley 162, y afirma que a su familia le ha inculcado lo mismo que su madre hizo con ella: “la enseñanza de las lenguas nativas en paralelo”. 

“Yo tengo dos hijos varones y una hija mujer, de estos tres hijos, tengo ocho nietos que hablan el miskito y el mayangna en paralelo. Además, me he tomado la tarea de enseñarles la lengua mestiza que es el español, porque en la actualidad en las escuelas del atlántico a nuestros niños los obligan a aprender el español y llevarle de manera regular, entonces en lo que se puede y lo que está a mi alcance, me he tomado la tarea de inculcarles desde el hogar la preservación de las lenguas nativas”, dice con orgullo Poveda.

La Ley de uso oficial de las lenguas establece que Nicaragua, además del español reconoce como lenguas oficiales el miskito, inglés, creole, sumu, garífuna y rama

La misma ley en su artículo tres añade que los órganos administrativos de las Regiones Autónomas tienen el derecho “al estudio, fomento y desarrollo, preservación y difusión del Patrimonio Lingüístico de las comunidades de la Costa Atlántica, en cumplimiento del Artículo 8 Numeral 5 del Estatuto de Autonomía”.

Sin embargo, Poveda dice que sin saber por qué, el gobierno hasta la fecha ha dejado a un lado su compromiso implantado en la ley, así como tampoco ha contribuido con fondos para el desarrollo de estudios, fomento y desarrollo del reconocimiento y rescate de las lenguas.

Hermy Quinn, una educadora creole que prepara a futuros educadores de esa lengua nativa

En su artículo dos, la Ley 162 establece que, “las comunidades de la Costa Atlántica tienen derecho a la preservación de sus lenguas”, y que “el Estado establecerá Programas especiales para el ejercicio de este Derecho, proporcionará los recursos necesarios para el buen funcionamiento de los mismos, y dictará leyes destinadas a promover acciones que aseguren que ningún nicaragüense sea objeto de discriminación por razón de su lengua”.

Hermy Quinn es una maestra bilingüe creole, nativa de Bluefields, afrodescendiente creole, que a sus 55 años lucha porque las generaciones más jóvenes sientan orgullo de su lengua nativa creole, sin creer en las enseñanzas discriminatorias que muchos tienen respecto a esta lengua.

La maestra dice que mientras continúe en el ejercicio de su profesión, espera poder enseñarles a sus alumnos a levantar la frente en alto, al decir que su lengua nativa es el creole.

Esta guardiana de las lenguas nativas es licenciada en Educación Intercultural Bilingüe y cuenta con una maestría en Educación Intercultural Multilingüe, pero antes de convertirse en una “previtalizadora” de las lenguas indígenas de Nicaragua, desde niña tuvo tres deseos: uno de ellos era ser maestra de educación primaria, su segundo deseo era ser una doctora y en tercer lugar se veía como una comerciante, pero entre risas aseguró que se quedó en la profesión de sus sueños. 

Hermy Quinn es una maestra bilingüe creole, nativa de Bluefields/Foto cortesía de Hermy Quinn

Es hablante de tres idiomas. Uno es el creole, que domina a la perfección porque es su lengua nativa y del que dice estar muy orgullosa. Además, habla, escribe y entiende bien el inglés y el español. Dice reconocer, entender y hablar un poco del miskito, y asegura que siempre ha querido aprenderlo perfectamente para poder trabajar como docente de niños. 

Quinn es docente de la Escuela Normal de Bluefields desde 2007 y cuenta a LA PRENSA que ha participado en diplomados, talleres y cursos sobre el uso y manejo de programas creole, con el fin de demostrar a las nuevas generaciones de habla creole y docentes de la lengua, que esta no se debe denigrar o ser motivo de vergüenza. 

La docente señala que, en su labor como “educadora de futuros docentes”, enseña a sus alumnos a prepararse para atender a niños de su región, de etnias rama, creole y garífuna, de manera que estos futuros maestros puedan brindar una educación de calidad y completa a sus estudiantes, aclarando las dudas existentes a las nuevas generaciones de su lengua materna.

Quinn añade que los futuros docentes se encuentran en una duda permanente, que es la de pensar que la lengua nativa creole “no abre puertas en otros países”, pero ella asegura que de alguna manera ha logrado dejarles el legado de la concientización e identificación de la lengua nativa, debido a la importancia que esta tiene “no solo en la parte lingüística, sino también en lo cultural”.

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Sin embargo, la docente dice ser consejera de los niños y jóvenes de su comunidad, al garantizarles que el aprender otras lenguas como el inglés, es probable que les abra más puertas, pero les garantiza que el creole es la identidad de su cultura, por lo que lucha desde las aulas para mantener su lengua nativa.

“Yo le digo a mis alumnos: usted en sus aulas no se va a encontrar a un inglés recibiendo clases, usted va a encontrar a un creole, entonces si usted no domina su lengua nativa, ¿cómo va a atender a ese niño que no maneja bien el español, pero si habla bien el creole? Usted necesita saber perfectamente el creole para entender a sus alumnos, educarlos y ayudarlos a salir adelante”, indica Quinn.

La docente de creole espera que en el futuro su lengua nativa no pierda su vitalidad. Asegura que esta no se encuentra en la situación de otras lenguas indígenas como el rama, que hasta la fecha cuenta únicamente con 40 hablantes. Pero asegura que el creole ha perdido su orgullo por creerse incluso en medios radiales como “una lengua que no llevará a nada a quienes la hablan, sobre todo a un líder de la comunidad que menosprecia su lengua materna y por ello las nuevas generaciones se avergüenzan y se desaniman al escuchar a líderes que no le dan seguimiento al orgullo de su lengua hablante creole”.

Quinn asegura que su trabajo como defensora y promotora de su lengua nativa continuará, tal y como lo ha hecho desde 2002 al organizarse con otros lingüistas para fomentar el programa de Educación Intercultural Bilingüe (EIB), que debe brindarse en todas las escuelas para fortalecer la lengua creole.

Un esfuerzo por rescatar las lenguas indígenas

Las Naciones Unidas declaró el 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con lo que esperaba sensibilizar a la población del mundo sobre, no solo la existencia de las lenguas nativas, sino también para que supieran los riesgos que enfrentan estas y el valor que representan para la cultura, modos de vida y sistemas del conocimiento.

Ese mismo año, en noviembre, la Unesco reunió a lingüistas autóctonos, especializados en el rescate de las lenguas nativas, para realizar un taller dedicado a la preservación de las lenguas indígenas.

Tras concluir su taller, la Unesco detalló que en el mundo existen casi 7,000 idiomas, pero en su mayoría estas son lenguas indígenas, que además representan la mayor diversidad cultural. Sin embargo, señaló que en la actualidad muchas de estas lenguas están desapareciendo “a un ritmo alarmante”.

Leonzo Knigth: “Quiero escribir libros sobre el origen y la cultura de las lenguas nativas”

El sociólogo Leonzo Knigth, de 62 años de edad, es parte de la población Ulwa, una comunidad de la familia Sumu Mayangna, Panahka y Ulwa. En 1982 inició su carrera como docente lingüista de la educación primaria. Desde 2009 se ha dedicado a la docencia universitaria de su lengua nativa y de sociología, pero además es docente de miskito y familiariza con la lengua mayangna, porque asegura que le interesa promover y promover las lenguas nativas de los pueblos indígenas. 

Knigth dice que los jóvenes en la actualidad se han convertido en “sociolectos” y han dejado de ser dialectos, al abandonar sus lenguas nativas al salir a otras comunidades, y cambiarlas por otras que no son a las que les pertenecen. 

“Uno de los compromisos que yo tengo, a través de las dos universidades en las que laboro, porque yo soy docente de Uraccan (Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense) y de Bicu (Universidad India y Caribeña de Bluefields), en cada carrera hay una asignatura de miskito, que sirve para previtalizar esta lengua, porque es la masa más grande que las personas en la Costa Atlántica hablan, pero lo más importante es que nosotros no solo enseñamos a los hablantes, sino a los no hablantes, del pueblo mestizo, es decir que solo habla una lengua. Entonces las universidades en las que laboro cuentan con ese programa de enseñar, reconocer y previtalizar la lengua nativa miskita”, destaca el lingüista.

Al centro el lingüista y docente universitario, Leonzo Knigth/Foto cortesía de Leonzo Knigth.

Knigth cuenta con una maestría en lengua multilingüe y asegura que a pesar de hablar cuatro lenguas indígenas, habla tres idiomas más que “no están a la perfección, pero trato de aprenderlos y hablarlos”. 

Las lenguas que el docente habla son el español, inglés, creole, mayangna, miskito, tuahka y rama, pero destaca que el amor por el reconocimiento de las lenguas nativas nace como herencia familiar. 

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“Cuando yo era muy pequeño fui criado por mi abuelo y mi abuela. Mi abuela era ulwa y mi abuelo era mayangna, dos lenguas en la casa, y en la calle aprendí el mikito y en la escuela aprendí el español, el inglés y creole, y así llegué a ser un adulto con conocimiento en las lenguas nativas y desde entonces yo estoy inmerso en esta tarea”, cuenta Knigth.

El lingüista afirma que pese a que existe un compromiso por las escuelas y universidades de la región por “previtalizar” las lenguas nativas, “si el pueblo no se mueve y no muestra un compromiso, y no tiene el interés, no podrán manejar sus lenguas y las irán olvidando”.

Dentro de su compromiso como guardián de las lenguas nativas, Knigth ha escrito libros de gramática, diccionarios y libros de arte culinario de los pueblos de la Costa Atlántica y asegura querer jubilarse el próximo año, para dedicarse a escribir libros sobre el origen y la cultura de las lenguas nativas indígenas de su región.

Estos guardianes de las lenguas nativas de una manera u otra se han dedicado a una tarea de años, en la que desde sus círculos familiares, hasta sus centros de labores, han intentado mantener las lenguas indígenas, que son establecidas legalmente como lenguas oficiales de Nicaragua, radicalizando las lenguas nativas maternas en sus comunidades, como primera lengua hablante.

Nacionales creole Rama Unesco

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