Ramón Flores ha causado un sismo con el madero. Si hace dos fines de semana Edgard Montiel había asombrado por su resurrección con 10 imparables en una jornada, Flores hizo polvo esos números. El jardinero de Nueva Segovia conectó cinco jonrones (12 en total), impulsó 13 carreras (42 en total), anotó seis (34), ligó dos dobles (12), arrebatando como un tornado esos cuatro lideratos en la tabla de los mejores bateadores. Esas cifras volvieron a traer una interrogante en los aficionados del beisbol en el país: ¿Por qué no está en la Preselección Nacional?
El mánager del equipo, Marvin Benard, advirtió que necesitaba jugadores rápidos, con buena defensiva, excelente brazo, bateo de contacto y de mucha chispa para saber reaccionar a diferentes situaciones, más bien parecía una descripción de Ramón Flores, sin embargo, ni siquiera lo tomó en cuenta en su convocatoria. No obstante, para conocer el fondo de la historia habría que remontarse a 2016 cuando Nicaragua buscaba un boleto al Clásico Mundial de Beisbol en Mexicali, México.
El primero que contó la historia fue Miguel Mendoza, en una llamada telefónica desde Mexicali al programa Doble Play, la cual LA PRENSA pudo confirmar con el protagonista. Antes de uno de los encuentros se le acusó de haberse robado un Rolex de Marvin Benard y una gran suma de dinero del casillero del coach Julio Sánchez. Con esa acusación lo apartaron por completo, la ley del hielo, lo juzgaron sin pruebas. Moncho, como se le conoce a Ramón, mantuvo su postura de su inocencia. “Se cometió una injusticia conmigo y lo peor es que quisieron manchar mi nombre cuando soy una persona con valores. Cuando habla conmigo la MLB y mira mi postura se dio cuenta que tenía la razón. Todo el dogout tenía cámaras y el cuarto de entrenadores quedaba en otra sala del club house del de los jugadores. Ahí solo tenían el código de entrada los entrenadores y los de limpieza. Yo le exigí a MLB que mostraran los videos de las cámaras para revelar quién había sido. Era obvio, querían inculparme y ensuciar mi imagen”, relató Flores.
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Para el jugador de mayor fogosidad de la pelota nicaragüense en los últimos 10 años, el tema de la Selección Nacional es un libro cerrado, pero está condenado a vivir con ello en cada ciudad en la cual viaja con su equipo de Nueva Segovia. Los aficionados le recuerdan que debe estar en el conjunto nicaragüense. Flores lo sabe. No lo dice por presumir, sino porque sabe lo que vale. Está consciente de que en el beisbol es de ratos: un día estás arriba y el día siguiente es otro jugador. “Si a mí me llaman a la Selección Nacional prácticamente estaría expuesto su hijo (Isaac Benard) como jardinero, que es un excelente pelotero, pero lo que hizo Benard fue seguirle la corriente que levantó Ofilio Castro en Mexicali y me apartaron. Hay jugadores que aún no se dan cuenta que el beisbol no gira solo en torno a ellos”, apunta Flores. “Le eché tierra a ese tema. Mi meta es seguir cumpliéndole a Nueva Segovia y al público nicaragüense”.
Solo va de frente
A veces a Moncho no lo comprenden, pero es un jugador que solo sabe ir a un ritmo: de frente. No le gusta ocultarse de las situaciones, siempre da la cara aunque le cuesten injustas sanciones como la de 2012 cuando denunció anomalías del mánager de Nueva Segovia ante la directiva del equipo y, luego fue acusado de indisciplina. “Recuerdo esa temporada porque tenía 10 jonrones y quería hacer historia, pero me cortaron las alas. Mi carrera se ha basado en no darme el mérito que merezco, como capitán del equipo denuncié las anomalías del mánager Álvaro Muñoz. Estaba en la obligación de hacerlo”, confesó.
Flores no se precipita en dar un número al azar de cuántos jonrones se ha propuesto como objetivo conectar. “Mi sueño es hacer campeón a Nueva Segovia. A nivel individual la competencia está dura con Montealto, Britton y los demás muchachos. Solo le pido a Dios salud y seguir así de agresivo atacando la zona, siendo sereno y tomar las decisiones correctas”, agregó.
Y para finalizar Moncho hace un resumen de su vida deportiva. “Mi carrera ha sido marginada y sacrificada, pero jamás daré positivo a alguna sustancia prohibida como otros. Soy un jugador limpio”, concluyó.