Estaban apagados, casi desconectados, pero de un momento la chispa se encendió. El tridente más goleador de la Liga Primera (22 goles) apareció casi en extremis, cuando el tiempo se agotaba. El Real Estelí ganaba y dominaba el partido. Las esperanzas del Managua se extinguían hasta que aparecieron las asociaciones entre Pablo Gállego con Lucas Dos Santos y entre Edward Morillo y el brasileño, quien empezó a tener presencia en el ataque liderando a los Leones Azules a un triunfo 3-1 categórico con un doblete y colocándose con pie y medio en la final.
Juan Barrera estaba pasando factura, otra vez, al talón de Aquiles del Managua: la defensa que el jueves por la noche se paró de tú a tú durante 40 minutos en el Estadio Nacional, hasta que el gol reflejó la pasividad recurrente a lo largo del torneo. Christian Quinto falló en el cierre del centro de Henry García, Barrera anticipó el pase ante la presencia de Rigo Fuentes y neutralizó a Kevin Serapio con un movimiento, definiendo ante la salida del portero Erly Méndez. El tanto a cinco minutos del final de la primera parte golpeó el ánimo de los Azules, que hasta ese momento estaban compitiendo con el plantel más exigente del futbol nacional.
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La entrada de Pablo Gállego cambió el panorama en el complemento. El nica-español empezó encontrar los espacios donde se movía Dos Santos. La primera vez el brasileño (58′) remató a las manos del portero Denvern Fox. Cuatro minutos después Gállego falló solo frente al marco en un centro de Morillo. El Managua comenzó a presionar, peleó el esférico en cada zona y en un tiro libre desde casi el mediocampo encontró recompensa. Agenor Báez (72) cobró, entre el punto de penalti y los límites del área, un globo fácil de dominar. Gállego se quedó parado porque el balón iba con ventaja para el portero Fox. Josué Quijano siguió el balón, tratando de protegerlo de Gállego, pero nadie le dijo que estaba solo. Tampoco Fox le habló para decirle que se apartara porque el guardameta atacó mal la jugada, no calculó la trayectoria del esférico que le pasó por arriba.
El error no le dio tiempo de reaccionar al Estelí y el Managua lo mató. Quijano se durmió en regresar el balón al área tras el rechace en un tiro de esquina. Morillo llegó a la presión y lo robó, se marchó en velocidad y cruzó para que Dos Santos (82′) remontara. Nadie dio por muerto al Tren del Norte, sin embargo apareció el brasileño (86′), el segundo jugador que más daño le ocasiona en los torneos cortos (2003 en adelante), marcando su séptimo gol en 10 encuentros, en una soberbia ejecución un tiro libre directo para hundir a los norteños y llevar al éxtasis a los Leones Azules, que sueñan con otra final.