Román González está a un mes de cumplir 34 años. Ya es un peleador experimentado y entiende que es dueño de las decisiones de su futuro. Se lo ha ganado. Chocolatito siempre ha estado en una posición de elegir a sus oponentes, a diferencia de otros pugilistas él siempre ha preferido retos enormes. No obstante, aunque el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) tiene previsto un SuperFly para enfrentar al ganador entre el Gallo Estrada y Román, y contra el victorioso entre Cuadras y Rungvisai, el tetracampeón mundial nicaragüense piensa en Kazuto Ioka de ganarle al mexicano.
“Creemos que esas son declaraciones al aire, Chocolatito es un boxeador guerrero”, indicó Mauricio Sulaimán, presidente del CMB. No parecen ser comentarios que se los lleve el viento. En la entrevista con el periodista Carlos Alfaro, Román se ve muy reflexivo en la etapa final de su carrera, queriendo tomar la elección adecuada para alcanzar un retiro idóneo, tan así que descartó subir a 118 libras por una quinta corona. “Si peleo en las 118 libras tiene que ser un coto de oponente, todavía no tenemos pensado hacerlo, queremos la pelea con el Gallo, queremos recuperar el título y luego unificación con Ioka en Japón o si no una defensa, lo que venga todo es bienvenido”, explicó Chocolatito.
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También el nacido en el barrio La Esperanza se refirió a la tercera pelea ante el Gallo. “No todas las peleas son iguales y todos deben entender que el que no tira golpes no gana y en la tercera pelea ganará el de mejor condición. Me causó tristeza como el mundo del boxeo ha caído (en relación al fallo de los jueces). Uno se esfuerza tanto para dar una buena pelea y demostrar y cuando ves un fallo así es triste, pero al final toda la gente sabe que la gané y es lo más importante. Esto hizo más atractiva la tercera pelea y lo más importante es que viene una buena bolsa para ambos. Salimos con buena salud y a la gente le gustó que hicimos un gran trabajo”, agregó.
Asimismo, González recordó la época difícil de su infancia cuando no había dinero y estaban sumergidos en la pobreza. “En toda mi familia hemos pasado momentos difíciles porque no teníamos nada que comer y hoy que Dios me ha dado fortaleza he guardado muy bien mi dinero. Comía un tomate o pepino en ocasiones. Ahora también es duro en los campamentos ahí no hay ni gallo pinto ni nacatamal, solo correr 12 kilómetros diario, aunque esté rendido y luego entrenador duro en el gimnasio. Lo bueno viene al final en las peleas”, concluyó un González muy maduro en sus respuestas.