El precandidato presidencial opositor Félix Maradiaga denunció el lunes reciente que la persecución política, la represión policial y la incertidumbre de este año electoral está obligando a una gran cantidad de nicaragüenses, principalmente de los municipios del norte del país, donde se ha vivido mayor violencia política en otros años electorales, a emigrar.
“Antes de esta conferencia de prensa tuve reunión con algunos territorios del norte de Nicaragua y nos están informando de la cantidad de gente que está saliendo de los municipios, particularmente de zonas como Río Blanco, Matiguás, Muy Muy, Sébaco. Hay casi que un éxodo de gente joven, de gente trabajadora que se siente perseguida”, dijo Maradiaga en una conferencia de prensa que ofrecieron los líderes de la Coalición Nacional (CN).
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Uno de los principales destinos de los nicaragüenses que huyen de la represión es Costa Rica, debido a que es un país con una economía próspera y muy cercano a Nicaragua.
Organizaciones civiles como Hagamos Democracia calculan que alrededor de 100,000 nicaragüenses han emigrado a Costa Rica desde el 2018, cuando comenzó la brutal represión armada contra las protestas civiles que demandaban un cambio de gobierno. También Panamá, Estados Unidos y España son otros destinos de los exiliados.
Este lunes, el opositor Lenín Salablanca, conocido por resistir el asedio policial en su natal Juigalpa, informó que tomó la decisión de exiliarse para buscar un mejor futuro en otro país. Asimismo, Bayron Estrada, estudiante universitario opositor, originario de León, también siguió los pasos de cientos de estudiantes que han emigrado porque ya no resisten el hostigamiento en su contra.
Responsabilidad compartida
El opositor excarcelado Alex Hernández, miembro del consejo político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), organización dentro de la CN, dijo que como opositores también tienen cierta responsabilidad por no haber podido retener a las personas que han acompañado la lucha por Nicaragua.
“Aquí hay una responsabilidad compartida, es tanto la situación de persecución del régimen, pero también una responsabilidad de las mismas fuerzas opositoras que aún no hemos logrado dar la esperanza suficiente a este pueblo como para quedarse luchando”, asumió Hernández.
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Maradiaga advirtió que la represión del régimen de Daniel Ortega y su falta de voluntad para garantizar elecciones libres, justas y transparentes este año, tendrán un costo que seguirán pagando los más pobres en el futuro.
“Todos los días se están cerrando empresas de distinto tamaño, que generan empleo. Todos los días los trabajadores por cuenta propia se enfrentan a una situación de mayor dificultad para traer sus productos, para comercializarlos, no hay financiamiento, no hay financiamiento para los productores, la calidad de la educación viene para abajo, la inseguridad está aumentando”, mencionó el precandidato presidencial opositor, quien ve en esos problemas otra causa para abandonar el país.
La elecciones de Nicaragua son el próximo 7 de noviembre, para elegir presidente, vicepresidente, diputados nacionales, departamentales y ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen). Sin embargo, el Consejo Supremo Electoral (CSE) es una institución controlada por los partidarios del régimen orteguista. Por eso los opositores no confían en el proceso electoral.