No ha salido el sol y Félix Carrasco ya se ha levantado. Le gusta sentir el ambiente del campo, caminar supervisando sus cultivos en dependencia de la temporada. Puede ser maíz, frijoles, sorgo o café. El derecho de Estelí vive aún más adentro de Pueblo Nuevo, en un poblado llamado Los Llanos. De ahí salió un jovencito cargado de un objetivo: jugar en primera división. Lo hizo con Madriz en 2011 pero era bateador, apenas consiguió dos imparables en 21 juegos. Sin embargo no fracasó, sino que descubrió su fortaleza: el picheo, el mismo que ahora lo tiene como segundo en triunfos, a un juego de Braulio Silva. Además lanza para 2.94 de efectividad en 71.1 entradas lanzadas, ha hecho 12 relevos y tiene tres salvados.
Jugar en primera división no es la única meta cumplida de Carrasco. También soñaba con debutar en la Liga Profesional y ha estado jugando en los últimos dos años, primero con León y luego con el Tren del Norte. “Soy un pícher dedicado al equipo. Hago lo que se necesite. Primero anduve relevando, salvando juegos y ahora me han dado la confianza de abrir partidos. Me siento orgulloso de lo que he alcanzado, recuerdo cuando jugaba tercera base y jardín izquierdo, pero Julio Reyes me ayudó en el picheo y eso cambió drásticamente mi carrera”, confiesa Carrasco.
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Cuando no está en su hogar dedicado a la agricultura, está en la casa club del equipo de Estelí. “Los que vivimos largo no tenemos la dicha de regresar todos los días a casa. Sin embargo, uno disfruta lo que hace. Este año he aprendido a dominar mis picheos, utilizo ángulos, jugar con el bateador. En mi caso depende de cuatro lanzamientos: la recta en sinker, la recta afuera de cuatro costuras, el split finger y el slider”, explica.
Carrasco no deja de trabajar en la agricultura porque está consciente de lo corta que puede ser una carrera en el beisbol. “Uno debe seguir haciendo otras cosas. A pesar que estaba en tercer año de secundaria cuando dejé de estudiar por dedicarme al beisbol, no he dejado de trabajar la tierra. En ese entonces jugaba en Mayor A y era un buen jugador, hasta que decidí probarme en primera división”, cuenta el lanzador.
Entre las ambiciones a corto plazo, más allá de ser campeón con Estelí, está ganar más de 15 juegos y ser parte de la Selección Nacional. “Este año creía que me iban a llamar porque tenía buenos números. No sucedió, pero espero lograrlo algún día”. Carrasco es un tipo de hierro. Nunca se ha lesionado, le gusta compartir tiempo con su esposa y sus dos niñas y está agradecido con todos los que lo han apoyado. “Mientras pueda daré lo mejor de mí”, concluyó.