En el libro El Jugador, Dostoievski decía: “quien tema al lobo que no vaya al bosque”. Aquí nos entraremos en el bosque para tratar de jugar a la ruleta y pronosticar a los cuatro equipos candidatos a quedar eliminados en la segunda vuelta del Pomares, tomando como referencia las estadísticas, las series contra los conjuntos favoritos y la inyección proporcionada en los refuerzos. Aunque hay una realidad por más que existan argumentos soportando las ideas: el deporte tiene su magia en la capacidad de ser impredecible, si no el año pasado León no hubiese dicho adiós en la primera vuelta y Estelí quedado a la orilla de una final, o lo de Rivas en 2017, cuando saltaron sobre todos los pronósticos y se coronaron retando al destino y desafiando el “estaba escrito”.
Costa Caribe al borde del abismo
La Costa Caribe avanzó de octavo con 37-31 en ganados y perdidos. Eso es una mentira si se valoran las series solo contra equipos clasificados (20-24). Tuvo más derrotas que victorias, perdió cinco series (Boaco, Chinandega, Estelí, León y Rivas) y además en dos de ellas fue barrido (Boaco y Rivas). La Costa Caribe no encontró un reemplazo para Norman St. Clair. Su bateo colectivo de .286 no asusta y tampoco su picheo de 3.16 en efectividad. Depende de Dwight Britton, Rommel Mendoza y Mark Joseph, mientras que Yorling Delgadillo, refuerzo de Zelaya Central, no parece ser la solución a su endeble picheo. Aun con la experiencia de los costeños, en esta ruleta no encuentra lugar entre los ocho primeros.
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Chontales alargó su agonía
Ramiro Toruño rescató a Chontales de una temprana eliminación, sin embargo sus números globales contra equipos clasificados son para iniciar los preparativos de un entierro. Perdió seis series (Bóer, Estelí, Granada, León, Matagalpa y Rivas) y en cuatro de ellas fue totalmente barrido. Venció a la Costa Caribe, Chinandega y Dantos, mientras empataba con Boaco y Jinotega. En total sumó contra equipos que estarán en la siguiente etapa 14-30 en ganados y perdidos. Ni Juan Pablo López ni Lenín Aguirre parecen ser la solución, a pesar de sumar en los refuerzos. El problema de Chontales es su .286 en bateo, el lento despertar de Sandy Bermúdez (ya está en .320), pero su picheo es una máquina de tirar pelotas fácil de descifrar (3.16) con Elías Villegas, José David Rugama y Erasmo Reyes muy lejos de su mejor nivel. Chontales alargó su agonía.
Jinotega perdió a sus joyas
Joel Fuentes se recuperó de un inicio sombrío, de perder a sus dos mejores lanzadores (Elías Gutiérrez y Sheyder García) y confía en el proyecto, pero los entrenadores como el boricua normalmente ven resultados en un mediano y largo plazo, no en el instante. Jinotega es candidato a quedar fuera de los cuartos de final. Perdió cuatro series contra equipos clasificados (Boaco, Costa Caribe, Chinandega y Matagalpa), logró empatar ante cinco y sus dos únicos triunfos fueron frente a Granada y León. Sumó 18 triunfos y 26 derrotas, sin agregar a los conjuntos eliminados. Su bateo de .286 es insuficiente para inyectar el impulso que necesita, aunque su picheo respondió medianamente a las expectativas (2.92), siendo cuartos, nadie se repone cuando te cortan a tus dos ases.
Granada, gracias por participar
Bayardo Dávila tiene un mérito enorme al clasificar a Granada a la segunda vuelta. Ese debería ser su límite. Logró cinco empates (Bóer, Boaco, Costa Caribe, Chinandega y León), sufrió cuatro reveses (Estelí, Jinotega, Matagalpa y Rivas) y ganó solamente dos series (Chontales y Dantos). Sumó 20-24 en ganados y perdidos contra equipos clasificados. Granada no tiene figuras ofensivas, se reclina en Iván Marín, Darwin Sevilla y Harold Morales, mientras su picheo colmado de juventud lo lidera Julio C. Raudez hijo. Granada agregó a uno de los mejores lanzadores de la primera etapa: Goffrey Bennet, pero necesitará mucho más bateo para saltar el escalón de la siguiente etapa.
Mención especial: Boaco
Boaco está en un terreno desconocido. Fue sexto en la tabla de posiciones con 37-28, pero ante los 11 rivales clasificados terminó con 24-20; solo perdió dos series (Dantos y Matagalpa), ganó cuatro (León, Estelí, Costa y Jinotega) y empató cinco. Además que fue segundo en bateo colectivo (.302) y aunque fue 14 en picheo (3.96), el poder ofensivo tapó las deficiencias en la colina. Con lo visto debería clasificar ahora que tiene aún más fuerza ofensiva con Renato Morales, pero surge la duda de si su endeble picheo resistirá.