Este grupo paramilitar nació en 1994 con los muyahidines afganos que habían peleado contra la invasión de la Unión Soviética en Afganistán durante los años 80.
En 1996 tomaron el poder del país formando el Emirato Islámico de Afganistán e implantaron duras leyes basadas sobre el islamismo.
Los talibanes perdieron el poder de Afganistán en el año 2001, luego de ser atacados por Estados Unidos y sus aliados, quienes los acusaron de haber dado refugio a la organización Al-Qaeda, dirigida por Osama Bin Laden, antes y después del ataque a las torres gemelas de Nueva York.
1. Antecedente: En la década de los 80 se hacían llamar muyahidines y se formaron para luchar contra la Unión Soviética, que tenía invadido a Afganistán. Eran financiados por Estados Unidos y Arabia Saudí.
2. La Sharia: Es una ley basada sobre la estricta interpretación de la ley islámica. Los castigos que se hacen bajo esta ley son más de la edad media que de una era moderna, algunos de los cuales son la muerte por renegar del Islam o la lapidación por adulterio. Los talibanes endurecieron esta ley hasta el extremo de que algunas cosas sencillas eran pecado, como ver la televisión o escuchar música.
3. Mujeres: Las más afectadas con las leyes talibanes son las mujeres. No pueden ir a la escuela, viajar solas, ser atendidas por médicos hombres, deben ir tapadas todo el cuerpo cuando salen a las calles, entre muchas otras prohibiciones.
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4. Al Qaida. Los talibanes fueron acusados de dar refugio a Al Qaida, el grupo terrorista dirigido por Osama Bin Laden que atacó las torres gemelas de Nueva York en 2001. Un mes después de ese ataque, Estados Unidos y sus aliados atacaron Afganistán y sacaron a los talibanes del poder.
5. Financiamiento: Han ganado mucho dinero con la exportación de opio y heroína. La ONU estima que, tan solo en 2018 y 2019, el negocio ilegal de drogas le reportó más de 400 millones de dólares. Este sería el origen de cerca del 60 por ciento de sus ingresos, según fuentes estadounidenses. También recaudan impuestos y reciben ayuda financiera.
6. Estructura: Tienen una clara jerarquía. Haibatulá Ajundzada es, desde 2016, su líder supremo, es decir, la máxima autoridad en materia política, religiosa y militar. Cuenta con tres adjuntos y una serie de “ministros” encargados de asuntos de inteligencia o temas económicos, entre otros.
7. Crímenes de honor: Son también llamados muertes por vergüenza y se trata de que miembros de una familia pueden matar a otro miembro para salvar su honor. Esto se hace con la creencia de que el familiar asesinado ha traído la desgracia y deshonor al quebrantar las leyes de la religión musulmana. Algunos de estos delitos puede ser tener relaciones fuera del matrimonio o ser víctima de una violación. La mayoría de estas muertes de honor son sobre mujeres. Normalmente son los padres, hermanos o marido de la mujer quién aplica esta “justicia” de puertas adentro.
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8. Castigos públicos: Mientras estuvieron en el poder, los talibanes realizaban ejecuciones públicas generalmente por ahorcamiento o por fusilamiento. Otros castigos también se hacían públicamente, como amputaciones, latigazos o cualquier otra cosa que se tuviera que aplicar. Era básicamente una forma de implementar el miedo en la población.
9. Otras culturas: Cualquier cultura que no está ligada al Islam no es bienvenida en los países con la Sharia implementada. En el caso de los talibanes, cuando estuvieron en el poder, había sanciones muy fuertes por cualquier cosa cultural que viniera de occidente. Incluso con los musulmanes moderados tenían fuertes castigos si no respetaban esta norma. Afganistán tenía muchos grupos religiosos y étnicos, lo cual hizo que tuvieran que dar más de una lección. Un ejemplo es la destrucción de la estatua del Buda en el centro del país. Al ser una creencia fuera del Islam, fue dinamitada como represalia. Muchas más estatuas y reliquias fueron destruidas durante su mandato.
10. Donald Trump: En febrero de 2020 el presidente norteamericano firmó con los talibanes un acuerdo que fijó un calendario para la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán. A cambio, los talibanes se comprometieron a no permitir que el territorio afgano sea utilizado para ejecutar acciones que vayan en contra de la seguridad de los Estados Unidos. El único resultado observable de ese acuerdo ha sido la reciente recuperación del poder por parte de los talibanes en Afganistán.