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El analista político Enrique Sáenz. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

Enrique Sáenz: “A nadie en su sano juicio se le ocurre que aquí va a haber oportunidad de elegir en noviembre”

El analista político explicó, en entrevista con la revista DOMINGO, que la dictadura orteguista cada vez le impone una cuota más alta de dolor y de sacrificio al pueblo nicaragüense y que hay que declarar ilegítimo al actual proceso electoral

El exdiputado y expresidente del MRS, Enrique Sáenz, está en el exilio en Costa Rica desde el 2018, tras las protestas de abril. En ese país solo duerme, asegura, puesta toda su actividad está centrada en Nicaragua, escribiendo artículos, conduciendo un programa radial, inmerso en la vida política y económica de Nicaragua.

Sáenz, de 66 años de edad, es abogado y economista, y se ha desempeñado como analista económico y político desde hace varios años.

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Sigue muy de cerca las acciones del régimen de Daniel Ortega, del cual es critico y en esta entrevista analiza el panorama electoral, la situación de los reos políticos, el actuar de la comunidad internacional y explica cómo se puede salir de la dictadura. Lo hace con el apasionamiento que lo caracteriza cuando habla de los problemas de Nicaragua.

¿Cómo ha sido su exilio?
Difícil. (Extrañando) desde las acciones más cotidianas, la comida, las calles, la gente, la familia. He tenido que adaptarme a un ambiente desconocido porque yo nunca había vivido en Costa Rica.

¿Por qué se fue?
Era difícil sostener mi presencia en Nicaragua. Yo salí a un evento por un tiempo determinado y cuando llegué al aeropuerto me retuvieron el pasaporte. Estuve un buen tiempo con el pasaporte retenido. Llegaron distintos oficiales a ver la computadora. Un oficial me dio el pasaporte, me dijo que no había problema, que podía salir, pero para mí resultó evidente que estaba marcado en los registros de Migración. Me pareció prudente no regresar. Voy a cumplir tres años en el exilio.

Usted era del MRS, ¿por qué se desvinculó de ese partido?
Llegué al convencimiento, antes del 2016, de que la dictadura de Ortega, que ya estaba instalada a esa altura, iba a terminar muy mal y con el rechazo de la inmensa mayoría de los nicaragüenses, lo que iba a llevar al rechazo al sandinismo y que el MRS, al aparecer vinculado directamente, incluso con su nombre, al sandinismo, iba a ser salpicado por ese rechazo. Propuse que había que intentar cambiar el nombre del partido y abrirse a otros sectores de la sociedad nicaragüense. Uno a veces es extemporáneo por decir las cosas muy tarde y otras veces lo es por decirlas muy temprano. Finalmente el MRS adoptó esas decisiones varios años después de que yo las había planteado. Como recibí un cierre ante ese tipo de planteamiento, resolví irme retirando sin ruido ni confrontación.

¿Cómo ha vivido la captura de sus compañeros, Víctor Hugo, Dora María, Suyen?
El hecho de que me haya separado del MRS no significa que haya perdido afectos, reconocimiento. Siento y resiento estas capturas desde el punto de vista humano. En el caso de Hugo (Torres), Víctor Hugo (Tinoco) y Dora María (Téllez), además de su trayectoria política son personas de la tercera edad. En el caso de Víctor Hugo es una tragedia familiar.

Al sufrimiento de Cristian, hija de Víctor Hugo, se le agrega su enfermedad de cáncer. ¿Por qué será indolente la dictadura en este caso?
No es indolencia. Se trata de venganza. Claramente se trata de un acto de venganza en contra de los dirigentes de Unamos. Es una gran ironía o el tipo de sentimientos inhumanos que animan a Ortega, en el sentido de que no tuvo el menor escrúpulo de encarcelar a una persona que arriesgó su vida para que él alcanzara su libertad, como es el caso de Hugo Torres.


“Esa fuga del paraíso orteguista y, qué contradicción, Ortega habla en contra del imperialismo norteamericano, pero la fuga del paraíso orteguista es hacia el imperio. Ortega habla de los neocolonialistas españoles, pero la fuga de los nicaragüenses es hacia España, que ha pasado a ser la segunda fuente de ingreso de remeses de Nicaragua”. Enrique Sáenz, analista político y económico.


Las noticias hablan de aislamiento del régimen de Daniel Ortega, a nivel internacional. ¿Qué significa esto para el pueblo nicaragüense?
Ortega está imponiendo una cuota más alta de sacrificio y de dolor al pueblo nicaragüense con estas medidas. Pero siento que al mismo tiempo está allanando el camino para acortar su presencia en el poder. Ortega ofrece oportunidades, que si nosotros los demócratas las aprovechamos, vamos a ver más temprano la salida al final del túnel.

¿A los opositores cómo los ha visto en el proceso electoral?
Ya no hay proceso electoral. Ortega canceló las elecciones porque elecciones es la posibilidad de elegir. Aquí a nadie, en su sano juicio, se le ocurre que va a haber oportunidad de elegir en noviembre. Ortega sustituyó el circo electoral que venía preparando por un expediente administrativo, que se va a concretar en un acta que seguramente ya hasta tienen redactado, los miembros del Consejo Supremo Electoral, en la que se va a consignar, uno, que votó un número inesperado de nicaragüenses, como nunca en la historia electoral. Y dos, que Ortega obtuvo un número de votos como nunca en la historia electoral de Nicaragua.

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¿En cuanto a la oposición?
Hay que separar las aguas. De acuerdo con encuestas serias, entre el 70 y el 80 por ciento de los nicaragüenses, y esto antes de la embestida represiva, rechazaban al régimen de Ortega. Esa es la oposición nicaragüense. Los otros son los liberacos y las organizaciones que aspiraban a representar a ese 75, 80 por ciento de la oposición nicaragüense.

¿Qué significa que no se logró la unidad opositora?
No haber concretado una alianza política me parece que es uno de los fallos. ¿Por qué no lo lograron? Sobre eso habría mucho que escribir.

¿Para usted, qué falló?
Varias cosas. Primero en la caracterización del régimen. Si vas a desarrollar una lucha política tenés que tener claro a quién enfrentás. Aquí unos miraban una dictadura, otros una democracia disminuida, otros decían un régimen autoritario competitivo, otros un régimen híbrido, etcétera. Ni siquiera hubo acuerdo en cuál era la naturaleza del régimen que enfrentaban.

En este momento, ¿se puede aún lograr la unidad?
La consideración de que un primer paso en la unificación de la oposición democrática es que todos lleguemos al acuerdo de declarar ilegítimo el proceso electoral montado por Ortega y el no reconocimiento de sus resultados, de manera tal que el pueblo de Nicaragua y la comunidad internacional reciban un mensaje claro sobre este primer paso que corresponde dar.

Me hablaba de la naturaleza del régimen, ¿cuál es para usted?
Antes del 2018 ya estaba instalada una dictadura concentrada en Ortega, que controlaba la totalidad de los poderes del Estado. La Policía, al Ejército. Una dictadura que encarcelaba, golpeaba y también, de acuerdo con los informes del Cenidh, mataba.

¿Qué lectura ha hecho de los últimos discursos de Ortega?
Ha reafirmado su voluntad de aferrarse al poder cueste lo que cueste. La plegaria de Ortega en la mañana, al mediodía, en la noche, es esa frase fatídica del finado Tomás Borge, que cualquier cosa puede pasar aquí, el precio más alto que podemos pagar es perder el poder. Esa es la razón y él tiene varios motivos, él llegó al convencimiento de que la única persona que puede asegurar la impunidad es él mismo, que la única persona que puede resguardar la fabulosa fortuna que ha acumulado es él mismo. Y en el camino ha desarrollado un aferramiento enfermizo al poder.

¿Dónde cree que está actualmente la verdadera oposición de Nicaragua?
En la gente. Otro de los problemas de la dirigencia política fue establecer un abismo entre la agenda que debatían las organizaciones políticas y los liderazgos políticos y la agenda de la gente. Por ejemplo, hay alrededor de 300 mil pensionados. Ortega despojó a esos pensionados mediante una maniobra monetaria, que fue el cambio en la tasa de deslizamiento de la moneda, del córdoba en relación al dólar, de más de 700 millones de córdobas a los pensionados. Pero ningún liderazgo, ninguna organización dijo nada sobre ese despojo. Hay más de 100 mil trabajadoras de la zonas francas, su salario mínimo no alcanza ni siquiera la mitad de la canasta básica. Ninguna organización, ningún liderago, ha abanderado o por lo menos se ha identificado, o ha denunciado, que en Nicaragua se pagan los más bajos salarios de la región.

¿Qué ha visto en relación a la comunidad internacional?
No hay una comunidad internacional. Hay varias. No es un bloque monolítico invariable. La comunidad internacional tiene su expresión principal en los gobiernos y los gobiernos cambian de un año para otro. Cambian las correlaciones de fuerza. Los gobiernos se rigen por intereses. Dicho esto, Ortega tenido la extraña virtud de ser uno de los pocos personajes que genera consenso en contra de su régimen. Los republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo en nada, pero Ortega ha generado un consenso bipartidista que se ha mantenido desde el periodo de Trump. En el parlamento europeo hay grandes debates entre los verdes, los liberales, los socialdemócratas, la izquierda radical, la derecha, etcétera, sin embargo, Ortega consiguió una resolución casi unánime en su contra.

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Ha habido problemas con España y otros países últimamente…
Gobiernos que le extendieron la mano, como España, Argentina, México, más bien les mordió la mano. El hecho de no poder convivir con la Copppal, que es de partidos políticos de izquierda, y de más izquierda, es una revelación de que Ortega se ha convertido en el principal cohesionador de la comunidad internacional. Frente a eso, la comunidad internacional ha venido de manera sistemática respondiendo a las acciones de Ortega, de manera tal que jamás nos imaginamos nosotros que Ortega fuera tan hábil en ponerse enfrente de la comunidad internacional.

Su último ataque fue al diario LA PRENSA, lo tiene tomado.
El modelo que Ortega pretende imponer, estoy seguro que no lo va a lograr, es un modelo no igual pero parecido al de Cuba. El cierre de LA PRENSA, a como decía un reciente escrito de la presidenta de la CIDH, Antonia Urrejola, es parte de un proceso que ha significado, si arrancamos desde 2018, la persecución y golpiza a periodistas, el cierre de 100 por ciento Noticias y Confidencial, el encarcelamiento de Miguel Mora. Eso ha continuado y se ha recrudecido en los tiempos recientes con las citatorias de los verdugos del Ministerio Público para intimidar a periodistas. La toma y el cierre de LA PRENSA es parte de esa pretensión de aplastar la libertad de expresión y de opinión de los nicaragüenses.

Las acciones de Ortega, ¿cómo están afectando a la economía?
Ortega tuvo éxito en posicionar la idea de que el modelo que venía construyendo era un éxito. Y que fueron las protestas de abril las que resquebrajaron ese modelo. En realidad, antes del 2018, ese modelo burbuja, inflado con el subsidio de la cooperación petrolera venezolana, ya venía resquebrajándose el INSS en una evidencia notoria y notable. Desde junio de 2017, más de seis meses, casi nueve, antes del estallido de las protestas, el número de afiliados venía cayendo mes por mes. Eso significa que el modelo exitoso estaba generando desempleo. La inversión privada venía desplomándose. Además, era un modelo que no mejoraba los salarios de los trabajadores.

Sáenz está en el exilio, en Costa Rica. LA PRENSA/ CORTESÍA

¿Qué otros datos evidencian que la economía de Nicaragua no ha estado bien durante el régimen orteguista?
En junio de este año 2021 disminuyeron los afiliados al INSS en relación a mayo, por la agudización de la crisis económica. Pero tenemos otros datos más dramáticos. En junio fueron retenidos en la frontera de Estados Unidos más nicaragüenses que en mayo. Y en julio más que en junio. Alrededor de 30 mil nicaragüenses al mes de julio retenidos en la frontera. ¿Cuántos lograron pasar? Ya se sabe que no es a la mayoría a la que se logra retener en la frontera. Esa fuga del paraíso orteguista y, qué contradicción, Ortega habla en contra del imperialismo norteamericano, pero la fuga del paraíso orteguista es hacia el imperio. Ortega habla de los neocolonialistas españoles, pero la fuga de los nicaragüenses es hacia España, que ha pasado a ser la segunda fuente de ingreso de remeses de Nicaragua.

¿Cuál cree que es la manera para sacar a Ortega?
Para desarrollar una estrategia en contra de Ortega es indispensable construir un instrumento político que se proponga expresamente ser opción de poder y de cambio. Tenemos que despojarnos de esa mojigatería, porque una cosa es la politiquería y otra cosa es la política. Yo escuché a muchos dirigentes decir: es que yo no soy político. Si no es político que vaya a jugar futbol o que se vaya de vacaciones. Para enfrentar a Ortega políticamente hay que tener una identidad y una convicción política. Escuché a dirigentes de algunas organizaciones decir: es que nosotros no aspiramos al poder, sino que somos de la sociedad civil. Bueno, el trabajo de la sociedad civil es legítimo, pero si no son opción de poder, que sean consecuentes con su perfil pero aquí necesitamos un instrumento político que se proponga expresamente ser una opción de poder con un programa de cambio democrático firmemente enraizado en las aspiraciones y en las soluciones a los problemas de la gente.

Plano personal de Enrique Sáenz

Tiene 66 años de edad y es originario de Corinto, Chinandega. Es el mayor de siete hermanos y el primero de su familia que llegó a la universidad en medio de grandes dificultades. Se graduó en derecho.

Su primer empleo como profesor universitario y la docencia es su pasión.

También estudió economía y tiene maestrías en ciencias políticas y en historia latinoamericana. Trabajó fuera del país, inclusive en las Naciones Unidas.

Se define como una hermética, distante, pero muy afectuoso cuando se siente en confianza. Es hasta bailarín, asegura.

Tiene cuatro hijo y afirma que su estado religioso es viudo y el civil es divorciado.

Le encantan los deportes, la música, correr, ver televisión, pero especialmente le fascina escribir. Actualmente escribe dos novelas históricas sobre Nicaragua. En beisbol no sigue al picher Jonathan Loáisiga porque él va en contra de los Yanquis de Nueva York.

Le gusta todo tipo de comida, en especial el nacatamal y el vaho, aunque, la comida por excelencia es arroz, frijoles, maduro frito o tortilla, carne, con pinolillo o tiste.

Ya tiene dos vacunas contra el Covid-19 y, aunque está en el exilio en Costa Rica, asegura que a ese país solo lo ocupa para dormir porque toda su actividad está centrada en Nicaragua. Desde Costa Rica escribe para columnas para un medio nicaragüense y transmite su programa radial Vamos al Punto en radio Corporación.

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