Las primeras horas son cruciales en todo proceso electoral en Nicaragua. Pese a que el régimen de Daniel Ortega dispuso de medios de transporte para movilizar desde horas temprana a trabajadores del Estado y simpatizantes a sus centros de votación, las primeras horas del proceso arrancaron con un abstencionismo elevado a lo largo y ancho de Nicaragua, lo que a criterio de especialistas confirmaría el fracaso de la dictadura por evitar lo inevitable: el rechazo generalizado de la población a través del ausentismo.
En las redes sociales y recorridos realizados por LA PRENSA en diversos centros de votación en Managua, en zonas que por años han sido bastiones del sandinismo, se muestran imágenes donde hay rala afluencia de votantes y los presentes se declaran simpatizantes del partido de gobierno.
Casi a las 10:00 de la mañana los centros de votación aún estaban áridos, pese a que 4.4 millones de nicaragüenses están llamados a participar en el proceso electoral, que a nivel internacional no goza de credibilidad y tampoco a nivel interno, donde existe un rechazo por tres años de violencia estatal, más de 150 mil nuevos desempleados, aniquilación de la oposición y más de 328 asesinatos ejecutados por el Estado en la impunidad.
“Normalmente las primeras horas son el pico de votación de la mañana y cuando hay poca afluencia como la que estamos viendo indica que la abstención va a ser muy alta. Ya a mediodía suele ser muy, pero muy bajo lo que asiste y después vuelve a subir la (afluencia) después de las 4:00 de la tarde cuando baja el sol. Es decir lo que estamos viendo ahorita lo que indica que es una abstención masiva”, definió el analista político y exdiputado Eliseo Núñez.
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En una estrategia por movilizar a sus bases, la dictadura convocó a cadena nacional a las 11:00 de la mañana donde Daniel Ortega dará un mensaje a la nación, que se esperaría que el dictador junto con su pareja Rosario Murillo, que va como vicepresidenta, ejerzan su derecho al voto. Esto es inusual, porque la pareja suele salir a votar por la tarde.
El sociólogo y opositor Óscar René Vargas señaló que lo que se ha observado en las primeras horas de la mañana confirmaría el fisco electoral de la dictadura, el cual tuvo su origen desde que en un error de cálculo político encarceló a la oposición y a los aspirantes a la Presidencia desde mediados de este año.
Vargas señaló que efectivamente las primeras horas son cruciales para determinar cómo se comportará el proceso a lo largo del día y que avizoran una abstencionismo histórico, aunque luego las cifras oficiales del poder electoral —controlado por la dictadura— van a intentar ocultar el fracaso.
El especialista estima que de esos cuatro millones y pico llamados a ejercer el voto, solo un 30 por ciento iría a votar, que incluiría los más de 180 mil trabajadores del Estado, más las fuerzas armadas y policiales, así como la posible movilización de una persona adicional que cada uno de estos puedan hacer y los pocos sandinistas que aún conforman la base del orteguismo.
“Estamos hablando de un millón de personas —estima Vargas—, esto significa que en el mejor de los casos, aún que lleven a votar a las personas que van a movilizar, y estoy partiendo que todos van a votar por Ortega, significa un 25 por ciento y esto significa que un 75 por ciento va a abstenerse, pero imaginemos que hay un cinco por ciento de margen de error, esto significaría un 30 por ciento de la población votando, de manera que habría un fenómeno similar al de 2017”.
“Normalmente en las elecciones anteriores de entre 1990 y 2006, la mayoría de las personas que votaban, votaban antes de las 12:00 del día por problema del sol, por problema del calor, es decir que si la gente no recurre al centro de votación temprano, significa que en la tarde muy pocas personas lo harán. Esa es mi experiencia personal, que yo por ejemplo, como he sido curioso todo el tiempo, luego de votar me iba a recorrer los centros de votación por la tarde”.
Uno de los aspectos que llamó la atención por la mañana nutridas filas de militares y uniformados de la Policía en algunos centro de votación. Al respecto, Vargas dice que probablemente se confirmaría que en Managua hay concentración de militares y policías que están en el interior del país, pero que fueron movilizados a la capital para estar preparados ante cualquier posible piquete de violencia.
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Intentarán ocultar el abstencionismo
Para ocultar el abstencionismo, los medios de propagando han divulgado fotografías de diferentes centros de votaciones donde, pese a que se asegura de una alta participación, lo cierto es que las tomas de las imágenes son cerradas, para evitar que se vea la poca presencia de votantes.
Un especialista en fotografía, que analizó varias imágenes divulgadas por los medios de propaganda, explicó que las primeras fotos solo mostrarán a los votantes sandinistas, que suelen ser el voto duro en las primeras horas de todo proceso electoral. “Luego será un cementerio, después de las 10:00 de la mañana”, afirmó.
Basado en su experiencia cubriendo elecciones, “históricamente el voto duro del Frente Sandinista ha sido el que vota primero y aquí como no hay oposición solo ellos irían a votar. En Managua no he visto largas filas, que diga qué grande, están ralos los centros de votación. El colegio Cristo Rey, que es una de las Juntas Receptoras más grande, donde andaban los observadores internacionales, y la gente está llegando de a poquito en poquito, no hay filas”.
No obstante, advirtió que el problema de las imágenes es que no hay certeza de que las fotografías donde hay cierta presencia de votantes sean de este proceso electoral.
En algunas zonas se han reportado que la dictadura está pagando a los votantes para que asistan a los centros de votación y dan gasolinas o su equivalente en dinero para que medios de transporte privados movilicen a gente en los barrios.
Vargas advirtió que si en Managua y las zonas urbanas del Pacífico se observa una baja afluencia de votantes, en el interior del país, el nivel puede ser igual o peor, pero nunca mejor que en la ciudad, porque en las comarcas y zonas más alejadas de la ciudad las personas opositoras al FSLN son mayores.
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