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Las cifras electorales del 7 de noviembre

El presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo se han reelegido para otros cinco años con casi el 76 por ciento de votos asignados por su Consejo Supremo Electoral (CSE).

Tal ha sido la información oficial divulgada este lunes 8 de noviembre en horas de mediodía, después de que en el informe preliminar difundido en la madrugada ya los habían dado como ganadores con el 74.99 por ciento.

 Quedaron debajo del más de 80 por ciento que por simple deducción estimábamos se iban a adjudicar. En realidad, si en las votaciones de 2011 Ortega se asignó 62.46 por ciento de los votos y en las de 2016 se aumentó a 72.44 por ciento, lo lógico era que en esta ocasión pasara del 80 e inclusive llegara al 90 por ciento.

Es que así son las elecciones en los países con sistemas políticos como el de Nicaragua. Los líderes se hacen elegir con más del 90 por ciento de los votos.

 Por ejemplo, en Corea del Norte el presidente de la  dinastía comunista Kim que domina el país rigurosamente desde 1948, se elige con más del 99 por ciento de los votos. Allí no se vota directamente al presidente. Se hace por diputados de la Asamblea Suprema del Pueblo de 687 miembros, que después lo eligen a él. Kim Jong-un, actual presidente de Corea del Norte, en las últimas elecciones se hizo elegir diputado del distrito de Monte Paetku con el 100 por ciento de los votos. Y después los diputados lo eligieron a él, por aclamación, como presidente del país.

En Cuba el sistema es parecido. El último presidente cubano elegido por voto popular directo fue Carlos Prío Socarrás, en 1948. En 1952 lo derrocó Fulgencio Batista, quien a su vez en enero de 1959 fue derrocado por Fidel Castro. Este prometió restablecer la democracia con elecciones libres, pero nunca cumplió su promesa.

 En el sistema político de Cuba la gente no elige al presidente. Igual que en Corea del Norte los ciudadanos votan a los miembros de una Asamblea Nacional de 605 diputados, que luego eligen sin competencia y por unanimidad al presidente de la República, que en la actualidad es Miguel Díaz Canel.

Volviendo a las votaciones de este 7 de noviembre en Nicaragua, según el CSE hubo participación de 65.23 por ciento. O sea que la abstención fue menos de 35 por ciento. Sin embargo, la organización cívica independiente Urnas Abiertas que trabajó con un tendido de más de 1,200 activistas, estimó que la abstención fue de un 81 por ciento.

Cabe recordar que en la última encuesta de CID-Gallup, hecha en octubre pasado, el 55 por ciento dijo que tenía mucho o algún interés en votar y el 44 por ciento dijo que no lo haría. Pero el 78 por ciento opinó que la elección de Ortega y Murillo sería ilegítima sin participación de la verdadera oposición. De manera que la cifra de abstención que ofrece Urnas Abiertas es más creíble que la del CSE, considerando además que el domingo pasado fue muy notoria y visible la desolación en los centros de votación.

Como dato curioso, según la información del CSE este domingo 7 de noviembre votaron por el FSLN 2,055,342 ciudadanos. Pero Fidel Moreno había asegurado el 4 de agosto pasado en el oficialista Canal 4 de televisión, al hablar sobre el congreso sandinista que nominó a Ortega y Murillo para la nueva reelección, que el FSLN tenía a esas alturas 2,100,000 militantes encarnetados.

O sea que no todos los militantes del Frente Sandinista votan por sus candidatos ni convencen a nadie para que lo haga. 

Editorial Daniel Ortega
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