Este sábado 13 de noviembre se cumplen tres meses del allanamiento policial de LA PRENSA. Desde entonces, las instalaciones de este Diario siguen ocupadas por la fuerza de seguridad pública del régimen.
El viernes 13 de agosto del corriente año, a eso de las 11:00 de la mañana una fuerza policial muy bien armada allanó las instalaciones de LA PRENSA, interrumpió los sistemas operativos del periódico, realizó un exhaustivo registro y se llevó una gran cantidad de documentos y medios de trabajo.
Más o menos a las 3:00 de la madrugada del día siguiente, sábado 14 de agosto, los policías se llevaron preso a Juan Lorenzo Holmann Chamorro, gerente general de LA PRENSA y lo encerraron en las cárceles del “nuevo Chipote”. Allí sigue prisionero en condiciones que violan las normas universales de derechos humanos.
La Policía informó que el operativo era parte de una investigación en contra de Editorial La Prensa Sociedad Anónima y sus directivos, por supuestos “delitos de defraudación aduanera y lavado de dinero, bienes y activos”.
Casi un mes después, Holmann Chamorro (galardonado con el Gran Premio a la Libertad de Prensa 2021, de la SIP), fue acusado personalmente de cometer esos delitos por la Fiscalía del régimen. Pero en ningún momento los ha podido demostrar públicamente, como es de rigor jurídico y moral hacerlo en un caso como este, en el que se acusa de semejante crimen a una persona honorable, de intachable trayectoria personal, familiar y ciudadana.
Esta es por lo menos la séptima vez que LA PRENSA ha sido cerrada por abuso gubernamental, aparte de su destrucción en junio de 1979 cuando fue bombardeada y cañoneada por avionetas y tanquetas de la Guardia Nacional somocista.
Y hasta ahora ha sido este el cierre represivo más largo de LA PRENSA a lo largo de sus más de 95 años de historia, después del ocurrido en julio de 1944 y ordenado por la dictadura somocista, que duró 22 meses. Y del que le impuso la primera dictadura sandinista, en 1986, que fue más largo todavía al durar 36 meses. En esa ocasión el gobierno sandinista de Daniel Ortega solo permitió la reapertura de LA PRENSA hasta que fue obligado por los Acuerdos de Esquipulas de 1987.
Ahora Ortega no debería esperar a otros acuerdos internacionales para devolver las instalaciones de LA PRENSA y permitirle que se vuelva a publicar en papel. Es una cuestión de derecho y de justicia hacerlo, así como poner en libertad a Juan Lorenzo Holmann Chamorro y a todos los presos políticos y de conciencia.
Y este es un clamor nacional e internacional que Daniel Ortega tiene la obligación política y moral de atender.