En un comunicado que dieron a conocer este lunes 21 de febrero, los familiares de los presos políticos agradecen “a las asociaciones cívicas, partidarias y gremiales”, así como a la Iglesia católica, por el apoyo que han brindado a su petición de libertad para sus deudos injustamente encarcelados. También reconocen como “muestra de buena voluntad” la decisión gubernamental de poner a tres presos políticos en condición de casa por cárcel, “por su edad avanzada y salud frágil”.
Se trata de los familiares de presos políticos que el 25 de enero pasado hicieron un llamado a las fuerzas vivas de la nación, a la Iglesia católica y al Gobierno a “establecer lazos de confianza y canales de comunicación” para obtener la libertad de sus deudos; “como el paso inicial en un proceso que conlleve un mayor grado de serenidad para los hogares nicaragüenses, dentro y fuera de nuestras fronteras; y que ayude gradualmente a reducir grietas en nuestra sociedad”.
Nosotros pensamos que, en efecto, ha sido un logro importante que los prisioneros políticos Francisco Aguirre, de 77 años de edad; José Pallais y Arturo Cruz, estos dos de 68 años, quienes además sufren graves enfermedades, fueran puestos en situación de cárcel domiciliaria.
Para tomar esa decisión el Ministerio Público del régimen adujo “razones humanitarias”. Pero probablemente los ha motivado la posibilidad real de que más presos políticos de mayor edad y enfermos crónicos, mueran encarcelados como falleció el 12 de febrero el excomandante guerrillero sandinista y general en retiro, Hugo Torres Jiménez.
En realidad, como dicen los familiares de presos políticos, por razones humanitarias todas las otras personas que siguen encarceladas siendo de mayor edad y padeciendo diversas enfermedades crónicas, deberían ser puestas en prisión domiciliaria. Esto para mientras todos los presos políticos, tanto los que están en la prisión como los que tienen casa por cárcel, sean liberados plenamente como corresponde en derecho y justicia.
En su comunicado de este lunes 21 de febrero, los familiares de los presos políticos reiteran el “anhelo de ver pronto en sus hogares a (todos) los hermanos y hermanas que continúan tras las rejas. Y comparten públicamente su convicción de que “este anhelo es una fuerza constructiva, la cual nos mueve a seguir buscando la convivencia ciudadana y la paz nacional”.
Ojalá que pronto esos sentimientos y anhelos se conviertan en realidad. La liberación de los presos políticos es indispensable, no solo para el bienestar de ellos y sus familias. Es un asunto de interés nacional, necesario para la sanación moral y emocional de la sociedad y la convivencia pacífica y respetuosa de todos los nicaragüenses.