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Las elecciones del 25 de febrero y la democracia en Nicaragua

Este viernes 25 de febrero se cumplieron 32 años desde las elecciones de 1990, un acontecimiento memorable en la historia política de Nicaragua.

No solo porque fueron las primeras elecciones libres desde 1932, cuando resultó electo Juan Bautista Sacasa, quien fuera derrocado en 1936 por el general Anastasio Somoza García para imponer su prolongada dictadura dinástica, derrocada en 1979.

Las elecciones del 25 de febrero de 1990 pusieron fin al mito arraigado en la cultura política nicaragüense, de que solo con la guerra o la insurrección armada se podía poner fin a una dictadura. Demostraron que en determinadas condiciones nacionales e internacionales, favorables, se puede sacar a una dictadura del poder por la vía pacífica de las elecciones.

Esa enseñanza sigue teniendo validez en la actualidad, cuando no hay ninguna posibilidad interna ni externa de que pueda haber otra guerra para resolver el conflicto político nacional. Aunque algunos hechos históricos pueden repetirse, y a veces se repiten, la guerra sandinista de los años 70 del siglo pasado, y la contrarrevolucionaria de los 80, fueron las últimas contiendas armadas en la historia de la lucha por el poder en Nicaragua.

Los gobernantes actuales no reconocen que hubo democracia durante el gobierno de doña Violeta y la UNO, ni en los dos que lo siguieron presididos por Arnoldo Alemán y don Enrique Bolaños. Los califican como dictaduras neoliberales.

Es lógico y comprensible que digan eso, porque su modelo de democracia es el que hay en Cuba y Venezuela, en la Rusia de Putin y en la China de Xi Jinping. Lo extraño es que también personas democráticas —o al menos críticas del régimen actual—, niegan o descalifican a la democracia que hubo en Nicaragua durante los gobiernos de abril de 1990 a enero de 2007. Como tampoco admiten que hubo democracia durante los gobiernos conservadores de los treinta años, en el siglo XIX.

Al parecer juzgan esos periodos democráticos de la historia de Nicaragua, comparándolos por ejemplo con las democracias plenas que hay en Canadá, Chile y Uruguay, que son muy pocas entre las muchas y diversas democracias reales que hay en el mundo.

Pero es que la democracia no es una abstracción ideal. La democracia es un fenómeno histórico concreto, que funciona de acuerdo con la realidad y las peculiaridades de cada país democrático. Y es un sistema imperfecto que siempre está tratando de perfeccionarse.

Durante los gobiernos de doña Violeta, Alemán y Bolaños, hubo democracia porque había elecciones libres y se practicó la alternabilidad en el poder, los poderes del Estado eran independientes, había libertad de prensa, de reunión política y de empresa. La gente tenía derecho de protestar y no había presos políticos.

La democracia de los años noventa, hasta enero de 2007, no era perfecta. Pero era la democracia posible en Nicaragua en aquellos momentos históricos. Por eso muchos nicaragüenses la añoran y quisieran recuperarla.

Editorial democracia elecciones Nicaragua

COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    Dimencionalmente pensando, DOS siempre ha sido consecuente con su linea de agente de la internacional comunista, y nuestro patria ha sido guiada por alguien que obedece a esos lineamientos que le son orientados desde esos intereses. Prueba de ello que la actual postura de la Rusia y su agresión en Ucrania rima y converge en el tiempo con la postura de nuestro dictador que ha conculcado temporalmente las libertades de expresión y derechos humanos de nuestro pueblo. Una pista de ello es la insistencia de permanecer en el poder a cualquier costo momentáneo.

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