14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La gran duda que provoca Chocolatito

Hace cinco años Román González bajó al infierno. Vimos a un peleador sin alma en el ring, con la confianza perdida y con una condición física inexistente. Chocolatito creía que podía solo...

Hace cinco años Román González bajó al infierno. Vimos a un peleador sin alma en el ring, con la confianza perdida y con una condición física inexistente. Chocolatito creía que podía solo. Luego que su apoderado Carlos Blandón, despidiera injustamente a su entrenador Wilmer Hernández y no mover un solo dedo por revertir esa situación, se marchó a Japón creyendo que el tiempo y la distancia solucionarían sus problemas internos. Encontró a un adiestrador más imaginario que real como fue Sendai Tanaka, que entre muchos peleadores a su cargo se olvidó de Chocolatito, hasta que llegó el 9 de septiembre de 2017: la esperada revancha contra Rungvisai. González se subió solamente a morir, con cierto temor por los cabezazos, la pegada del rival que lo había hecho tocar la lona en la primera pelea y la poca preparación física. Como resultado fue enviado a un círculo del infierno que le costó con los años salir.

Desde esa pelea Chocolatito no ha vuelto a experimentar un intercambio de metralla con un pugilista catalogado como pegador natural. Moisés Fuentes era esa pelota terapéutica para exprimir y soltar la furia del pasado, Diomel Diocos fue un bostezo en el camino mientras se definía el combate contra Yafai. El peleador inglés quiso ser Rungvisai, plantándose en el centro del ring, el problema era que Chocolatito sintió la pegada como si una esponja lo golpeara en la cabeza, lo que provocó que noqueara sin titubeos y tomara riesgos frente a Yafai. Lo de Jiga González significó la preparación para la anhelada revancha contra el Gallo, siendo esta última una pelea vibrante, de mucha intensidad y golpeo, pero carente de golpes de poder determinantes.

Te puede interesar: La foto con la cual el rival de Román González pretende intimidarlo

Cinco años después Chocolatito tendrá enfrente a un pugilista catalogado como matador, capaz de estrangular a un toro con su mano izquierda. Por su condición de pegador, el mexicano medirá la capacidad de asimilación del nicaragüense, quien demostrará si lo visto en 2017 contra el tailandés fue un error en la Matrix o realmente encontró su kriptonita en los pegadores. Este 5 de marzo en el Pechanga, Arena, González estará bajo fuego contra un tipo inestable, pero peligroso, preparado para quedar sin dientes con tal de dar el tiro de gracia e idóneo para probar la gran duda en la asimilación de Chocolatito.

Deportes Román González

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí