Parecía aproximarse un día plano, sin altibajos, sin sorpresas de circunstancias que dejaran boquiabierta al periodismo y al público, pero el mundo del boxeo es tan impredecible como la vida misma. De un momento a otro se pasó de la calma a la agitación. Rey Martínez, el mismo que había dicho que sería el primer mexicano en noquear a Román González no daba el peso en la báscula durante el pesaje oficial por la mañana de este viernes. El mexicano marcó 117 libras, mientras González 114.8 libras. Marcos Caballero quedó viendo al equipo de Chocolatito asustado porque nadie imaginaba el acto “siniestro” del mexicano.
En ese momento todo estaba en el aire. Había que negociar otras condiciones y esperar el dictamen de la Comisión Atlética de California. Tras una hora de negociación, el apoderado de Carlos Blandón y Marcos Caballero se encargaron de arreglar todo el panorama para que Chocolatito peleará este sábado en Pechanga, Arena. La Comisión establece medidas para cuando un peleador se pasa de la categoría y en el caso de las 115 libras el límite son tres libras y como el mexicano se pasó solamente dos y luego de dos horas de intenso entrenamiento bajó 600 gramos dejando oficialmente la báscula en 116.4 libras estaba en el rango de lo aceptable.
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El equipo de Chocolatito aceptó que hubiera pelea y posteriormente concordaron con unos puntos que Rey Martínez debía cumplir. El tetracampeón nicaragüense podría comer lo quisiera a su antojo y amanecer mañana en el peso que quisiera, mientras el mexicano tendrá un segundo pesaje por la mañana y no podrá marcar más del 10 por ciento de lo establecido en el contrato que eran 115 libras. En otras palabras Rey no podrá subir más de 11.5 libras este sábado sino se cancelaría la pelea; además el pugilista mexicano tendrá que pagarle a Román un 10 por ciento de su bolsa, es decir, de cada 100 mil dólares embolsado entregará 10 mil dólares, mientras que otro 10 por ciento se irá a la Comisión Atlética de California. Martínez tampoco podrá volver a pelear en las 115 libras en California, si quisiera pelear nuevamente sería en las 118 libras, según el reglamento.
“Yo quería que fuera la pelea. Le dije a mi equipo que íbamos a pelear”, indicó Chocolatito. “Ya la preparación se hizo y estoy confiando en ganar el combate gracias al campamento que hicimos. Las peleas se ganan en el gimnasio y nosotros ganamos el primer asalto que era marcar la categoría. Entiendo y no soy quién para juzgar porque eso es duro”, agregó. Por su parte, Marcos Caballero tiró directo a la yugular de Martínez: “decía que nos iban a noquear, que estaban en la mejor preparación de su carrera, pero como dije antes, de la boca para afuera pueden decir cualquier cosa, y demostraron todo lo contrario en el pesaje”, explicó.