La mayoría todavía están en Nicaragua o en las embajadas fuera del país. Pero al menos una decena de altos funcionarios públicos se le han ido al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, para no seguir con el peso de conciencia que significa apoyar a una dictadura represora.
Los que aún están en sus cargos ya no tienen pasaporte, porque el régimen orteguista los despoja de los mismos para quitarles la posibilidad de huir del país. Quienes más fácil la tienen, son los que trabajan fuera del país. Solo se exilian.
La Revista DOMINGO les presenta una lista de los que ya no están con Ortega y Murillo, aunque de algunos se asegura que todavía están “por debajo”, para “no seguirse quemando”.
Hernán Estrada
En mayo de 2019, Hernán Estrada fue sustituido como procurador general de la República por Wendy Morales, quien había sido su asistente y luego subprocuradora.
Estrada renunció alegando incapacidad para seguir laborando por “razones de salud”, cuando ya había ocurrido la represión de 2018 que causó más de 300 civiles asesinados, y estuvo en ese cargo desde enero de 2007, cuando Daniel Ortega regresó al poder.
Se le consideraba uno de los funcionarios públicos de más confianza para el dictador y actuó como notario en el casamiento de Ortega con Rosario Murillo en 2005.
Estrada defendía a ultranza a Ortega y sobresalió cuando, tras el fraude en las elecciones municipales de 2008, aseguró que “si el comandante Daniel Ortega dispusiera llamar a las calles, no quedaría piedra sobre piedra en este país…”.
Lea también: La Hemeroteca de LA PRENSA: una víctima colateral del ataque de Daniel Ortega
Fuentes que pidieron el anonimato aseguraron a la Revista DOMINGO que Estrada se mantiene “en las sombras”, pero no ha cortado relaciones con el régimen, pues hasta hace poco todavía asesoraba a Wendy Morales sobre cómo manejar la Procuraduría General de la República (PGR).
“Él no ha roto. Sigue con ellos. Todavía va a reuniones con Wendy, solo que él no llega a las oficinas. Él tiene su bufet, pero sigue con ellos”, afirmó una de las fuentes.
Edgardo Cuarezma
Fungió como ministro consejero en la Embajada de Nicaragua en El Salvador entre octubre de 2019 y agosto de 2020, cuando Daniel Ortega ordenó su destitución.
Desde entonces, aseguran fuentes que piden el anonimato, Edgardo Cuarezma rompió definitivamente con el régimen y ahora se encuentra en Costa Rica.
“Él iba y venía. Lo ponían en un lugar, después en otro. Lo ponían a dar asesorías. Pero ahora se peleó de viaje con ellos y ahora está en Costa Rica”, afirmó la fuente.
Cuarezma era operador político del FSLN en la Alcaldía de Managua, desde donde dirigía huelgas, motines y trataba de desestabilizar a los alcaldes Herty Lewites y Dionisio Marenco.
Desde 2011 anduvo en un periplo como diplomático en tres países: Nueva York (Estados Unidos), Venezuela y El Salvador.
Telémaco Talavera
El exvocero del proyecto del Canal Interoceánico se encuentra en España con su familia, aseguraron personas que lo han visto allá.
Hasta hace poco laboraba en un organismo de universidades, pero las fuentes desconocen si todavía está en ese mismo lugar.
“A Telémaco le tuvieron cierta consideración, por sus problemas de salud, pero él no rompió con el Gobierno”, dijo otra persona.
Telémaco Talavera salió de la escena pública en julio de 2018, poco después de la represión orteguista contra las manifestaciones iniciadas en abril de ese año. Salió del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y fue repuesto por Ramona Rodríguez. Aunque no se especificó, extraoficialmente se dijo que su salida fue por razones de salud, ya que a Talavera le habían detectado cáncer.
Talavera ya llevaba un mes “desaparecido” cuando se anunció su salida del CNU. Se llegó a rumorar que había “huido”.
Entre 2013 y 2018, Talavera se dedicó a presentar el fallido proyecto canalero con Wang Jing como una “maravilla”. Prometió que en 2020 los nicaragüenses iban a ver pasar los grandes barcos y que las universidades del país iban a ofrecer carreras en función del aún inexistente canal.
Álvaro Baltodano
El asesor de Ortega en inversiones, miembro de una de las familias más ricas de Nicaragua, se encuentra en el país, a pesar de que algunos de sus familiares lo han presionado para que abandone al orteguismo, aseguró a Revista DOMINGO una persona cercana a él.
“Él está en Nicaragua, pero con un perfil bajo. Además de que ya no confían tanto en él, Rosario no lo quiere y eso le hace perder a él. Su familia lo presionan para que salga, pero él no ha querido. Se mantiene atendiendo a las Zonas Francas, pero, como te decía, con perfil bajo”, expresó la fuente.
La Fiscalía ordenó el arresto de un hermano de Baltodano, de nombre Gerardo, en medio de la persecución del régimen en contra de los opositores. Según la fuente, Gerardo Baltodano se mantiene desde Miami dirigiendo las operaciones de Café Soluble.
General en retiro, Baltodano es también comandante guerrillero. Desde que salió del Ejército, en abril del 2000, se reincorporó al FSLN y fue jefe de campaña electoral de ese partido en las elecciones de 2001. Muy allegado al grupo de Lenín Cerna, razón por la cual no goza del beneplácito de Rosario Murillo.
Walter Porras
El extitular de la Dirección General de Ingresos (DGI) se encuentra “tirado”, “en el olvido”, desde que en 2011 fue sacado de su cargo de forma abrupta por supuestamente haber creado una red de sobornos, mediante la cual se habría regresado impuestos a empresas de personas vinculadas al FSLN.
“Walter Porras era del grupo de Lenín Cerna y no se sabe de él. Está tirado”, dice una persona allegada al FSLN.
Porras sobresalió por tener un grupo musical en la DGI, la cual componía y cantaba canciones alabando a Daniel Ortega. La investigación, que supuestamente habría iniciado la Policía contra él, nunca prosperó.
Nelson Artola
Rompió con el orteguismo en 2017 y luego condenó la masacre que en 2018 realizó la dictadura sobre la población civil que protestó desde abril de ese año.
“Condeno sin límites los asesinatos y la masacre de la que son víctimas los estudiantes y el pueblo en general por parte del gobierno de Daniel y Murillo. Soy y seré militante de Sandino y Carlos no de Ortega, que nos traicionó y enterró al verdadero FSLN. He sido alcalde de San Ramón, de Matagalpa, diputado, ministro, embajador en Dominicana, cónsul general en Houston. Hace un año me nombró Ortega embajador en Israel y no le acepté”, escribió Artola en su Facebook el 15 de mayo de 2018, según publicó 100% Noticias en ese momento.
En ese mismo mensaje en Facebook, Artola explica que en diciembre de 2017 les renunció a los Ortega Murillo porque estaba siendo perseguido y torturado psicológicamente cuando se encontraba en funciones diplomáticas fuera de Nicaragua.
“Soy testigo de que ministros, secretarios políticos son maltratados y las reuniones con la señora se convierten en humillación y tortura psicológica”, añadió.
Artola se hizo famoso porque desde el FISE quitaba a los alcaldes del país cuando se salían de la línea del FSLN.
Rafael Solís
Está considerado como el más relevante de todos los funcionarios públicos que han abandonado el gobierno orteguista.
En enero de 2019 se fue a Costa Rica y desde allá renunció a su cargo de magistrado judicial mediante una carta en la que condenó la represión orteguista de 2018, además de pedir perdón al pueblo porque está considerado como uno de los artífices de la inconstitucional reelección de Ortega en 2011, la cual logró gracias a una sentencia judicial.
Lea también: Perfil | Rafael Solís, el padrino de la justicia
Solís es cercano tanto a Ortega como a Murillo, de quienes fue su testigo de boda en Costa Rica, en 1978; un casamiento simbólico que fue oficiado por el sacerdote guerrillero y mártir Gaspar García Laviana. Votos matrimoniales que fueron “renovados” en 2006, siempre con Solís como testigo.
Aunque su lealtad era más con el dictador, a quien asesoraba en temas jurídicos.
Solís continúa en Costa Rica, exiliado.
Ligia Gómez
La exinvestigadora en el Banco Central de Nicaragua (BCN) era también secretaria política del FSLN en esa institución estatal, en la que, explica, básicamente se dedicaba a realizar un trabajo “administrativo”, como “convocar a los trabajadores para asistir a las tareas asignadas, asistir a rotondas, visitar casa a casa, participar en jornadas de limpieza o con la jornada vivir bonito”, entre otras tareas.
A los pocos días de iniciadas las protestas de abril, fue convocada a una reunión donde se explicó la orden “vamos con todo” que había instruido Rosario Murillo para reprimir las manifestaciones.
Gómez no estuvo dispuesta a cumplir esa orden y renunció al BCN.
El 12 de septiembre de ese mismo 2018, Gómez se exilió en Estados Unidos y el 27 de ese mismo mes denunció en el Congreso de ese país norteamericano las instrucciones dadas por Murillo.
Desde el exilio, Gómez colabora como vocera en el organismo Urnas Abiertas, el cual, en las pasadas elecciones de 2021, evidenció con pruebas científicas la enorme abstención del pueblo nicaragüense, rechazando la farsa electoral.
Arturo McFields
Es el caso más reciente. El periodista comenzó en 2011 laborando como agregado de prensa en la Embajada de Nicaragua en Estados Unidos. Luego fue nombrado ministro consejero en la OEA y, a partir de octubre de 2021, fue nombrado embajador ante la OEA.
Arturo McFields explicó que durante los últimos cuatro meses intentó que la dictadura liberara al menos a los reos políticos de mayor edad, los más enfermos, pero como vio que era imposible decidió denunciar ante el mundo al gobierno que representaba.
El pasado 23 de marzo, tomó la palabra en una sesión de la OEA y denunció a Ortega y a Murillo como dictadores. Días después fue destituido.
Se quedó en el exilio en Estados Unidos.
Víctor Urcuyo
El exsuperintendente de bancos renunció a su cargo, alegando razones de salud, en enero de 2019, poco después de la salida de Rafael Solís, en lo que se intuyó una “desbandada” de funcionarios públicos tras la represión de 2018.
“Víctor Urcuyo escribió una carta pendeja, diciendo que por razones de salud renunciaba”, indicó una fuente.
Urcuyo estaba en el cargo desde el año 2004, tres años antes que Ortega regresara al poder.