Este jueves 7 de abril de 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió sacar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, con una votación de 93 a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.
La iniciativa de echar a Rusia del Consejo, para lo cual se requerían dos tercios de los votos en la Asamblea General de la ONU, fue promovida por Estados Unidos, Reino Unido y otros países democráticos.
Antes de la votación, histórica y sin precedente, el embajador de Ucrania ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, señaló que era necesario tomar una decisión como esa porque “las acciones de Rusia están más allá de los límites, está cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”.
Por su parte, la embajadora de Estados Unidos ante el organismo mundial, Linda Thomas Greenfield, expresó que “Rusia no debería tener una posición de autoridad en un organismo cuyo propósito mismo es promover el respeto por los derechos humanos. No solo es el colmo de la hipocresía, es peligroso”, aseguró la diplomática estadounidense. Y agregó que “la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos daña su credibilidad y socava a toda la ONU”.
Por su parte, el director de Naciones Unidas en Human Rights Watch, Louis Charbonneau, declaró que “la Asamblea General ha enviado un mensaje claro como el cristal a los líderes de Rusia, de que un gobierno cuyo ejército comete rutinariamente horribles violaciones de derechos no tiene nada que hacer en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU… “
Desde antes de la guerra de Rusia contra Ucrania y de los espantosos crímenes de guerra que está cometiendo contra el pueblo ucraniano, hemos opinado que es una burla a la humanidad que en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas participen regímenes que son violadores consuetudinarios de esos derechos, que representan la dignidad de las personas de todas la razas, naciones y condiciones económicas, sociales, políticas. Eso es como mezclar delincuentes de extrema peligrosidad con personas honradas e indefensas.
Porque no solo Rusia, sino también China, Cuba y Venezuela, entre otros regímenes despóticos, son parte de los 47 Estados que integran actualmente el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Los miembros de ese organismo son oficialmente “responsables de la promoción y protección de todos los derechos humanos en todo el mundo”. Pero en la realidad esos regímenes hacen lo contrario.
De manera que todos ellos deberían ser echados del Consejo de Derechos Humanos. Los procedimientos legales que rigen el funcionamiento de la ONU establecen que la Asamblea General tiene la potestad de suspender los derechos de participación en dicho Consejo a todo miembro del mismo que cometa violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos.
Es lo que se ha hecho este 7 de abril con Rusia. Y lo que se debería hacer con los demás países o regímenes violadores de los derechos humanos. Simplemente una limpieza de canallas en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.