El 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, instituido en 1993 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En los países donde hay libertad de prensa, que son apenas el 23 por ciento del total, según la clasificación de Reporteros sin Fronteras, este es un día de fiesta para los periodistas, los dueños de medios y los ciudadanos, que son los beneficiarios de esta suprema libertad.
Pero en la mayoría de los países, que representan el 77 por ciento de la totalidad, no hay libertad de prensa de manera absoluta o parcial. Allí los periodistas sufren persecución y graves obstáculos y riesgos para realizar su trabajo periodístico. De manera que en ellos este día no es para festejar, sino para reclamar respeto a la libertad de prensa.
El recién pasado domingo 1 de mayo, el papa Francisco se pronunció de manera clara y vigorosa en favor de la libertad de prensa y en defensa de los periodistas independientes. En su bendición semanal impartida en la Plaza de San Pedro, el jefe supremo de la Iglesia católica rindió homenaje a los periodistas que han sido asesinados por hacer su trabajo. Y también a los encarcelados, o que son perseguidos porque —dijo el papa— “valientemente” informan sobre “las heridas de la humanidad”.
Sin mencionar a nadie personalmente, su santidad católica se refería a gente como los directivos de LA PRENSA, Cristiana Chamorro Barrios, Pedro Joaquín Chamorro Barios y Juan Lorenzo Holmann Chamorro, gerente general de este Diario, quienes se encuentran encarcelados por el régimen.
Se refería el papa Francisco a periódicos como LA PRENSA, cuyas instalaciones están ocupadas por la fuerza policial y prácticamente confiscadas por el régimen, desde el 13 de agosto del año pasado.
Y se refería también el sumo pontífice a los otros periodistas encarcelados: Miguel Mora, Miguel Mendoza y Jaime Arellano; a todos los informadores que están exiliados debido a la persecución estatal, y a los más de veinte medios de comunicación que fueron cerrados por el régimen, entre ellos Confidencial y 100% Noticias.
Pero los periodistas y medios de prensa independientes de Nicaragua no están solos. Han recibido mucho respaldo internacional y lo siguen recibiendo. Cabe mencionar al respecto que el 19 de abril recién pasado, veintisiete organizaciones nacionales e internacionales de prensa de las Américas aprobaron en la asamblea general de la SIP una declaración y un plan de acción sobre Nicaragua.
“Ante la persecución sistemática del periodismo independiente, la opresión y censura generalizada, el secuestro de los poderes públicos y la demolición de las estructuras de la sociedad civil en Nicaragua”, se dice en la declaración, “las organizaciones firmantes se comprometen a seguir un plan de acción que permita restaurar las libertades de prensa y expresión, como garantías esenciales para restablecer la democracia”.
En realidad, la libertad de prensa es un ingrediente esencial e indispensable de la democracia. Pero igualmente es una herramienta formidable en el esfuerzo por lograr la recuperación de los derechos y libertades democráticas, allí donde han sido conculcados.