La celebración del Día de las Madres es de mucha carga sentimental, porque, como se dice habitualmente, no hay amor más grande que el de la madre hacia sus hijos.
Por decreto del régimen, a partir de este año el 30 de mayo será feriado nacional con el fin declarado de que se pueda festejar mejor a la madre, en los hogares o donde se quiera hacerlo. En todo caso, que lo celebren al menos las madres y las familias que puedan hacerlo, de conformidad con su situación económica.
Está bien que el Día de las Madres sea feriado, a pesar del perjuicio que esto le causa a las empresas privadas de toda clase y tamaño, porque este día tendrán que dejar de operar con las pérdidas que esto significa; o pagar salarios y sueldos dobles a sus trabajadores y empleados, lo que implica incrementar los costos de producción y operación.
Pero la madre es el ser viviente supremo y merece todos los homenajes y cualquier sacrificio que se haga, con tal de honrarla de la mejor manera posible. Así como también honrar la memoria de las madres fallecidas, que viven en el recuerdo imperecedero de sus hijos.
Pero también este es un día de duelo para todas aquellas madres que han visto fallecer a sus hijos, sobre todo los que murieron de manera violenta, víctimas de la represión del poder estatal. Por cierto que por eso la Asociación Madres de Abril (AMA) ha declarado este 30 de mayo como “día de duelo nacional”.
Ciertamente, independientemente de los merecidos festejos a las madres en su día de celebración, no hay que olvidar a las que no tienen nada que celebrar, solo que llorar, después de que perdieron a sus hijos, súbitamente, muertos tempranamente porque querían una Nicaragua mejor, con libertad, democracia y prosperidad, y lucharon por ella.
También en este día se conmemora el cuarto aniversario de la masacre del Día de las Madres, del 30 de mayo de 2018, cuando una gigantesca manifestación democrática en Managua, que fue llamada “la madre de todas las marchas”, fue ametrallada por policías y civiles armados partidarios del régimen.
Ese día y aquellos acontecimientos no deben ser olvidados jamás. El Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI), que fue creado por la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para investigar y documentar las violaciones a los derechos fundamentales en Nicaragua, dio fe de lo ocurrido aquel 30 de mayo de 2018.
“Los testimonios obtenidos por el GIEI —dijo este en su informe— señalan la existencia de francotiradores. En los videos analizados se aprecian acciones combinadas entre civiles armados y miembros de la Policía Nacional, todos ellos portando armas de fuego, inclusive armas de guerra. También pudo observarse en las imágenes, miembros de la Policía filmando y fotografiando los hechos. Las agresiones dirigidas hacia la marcha provenían desde la zona próxima al Estadio Nacional”.
Por lo menos 19 personas murieron ese día en Managua, por la represión, y 6 más en otros lugares del país. 355 personas murieron por esa causa entre abril de 2018 y junio de 2019. Cada una de esas personas muertas tenía una madre que no deja de llorar por la pérdida de su hijo. Tal vez algún día, en homenaje a esos muertos y a sus madres, se pueda hacer la justicia que merecen.