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Elecciones en Colombia y las perspectivas de Gustavo Petro

Los medios de comunicación internacionales destacaron como lo más importante de la primera vuelta de la elección presidencial en Colombia, el domingo 29 de mayo, que la derecha y los políticos tradicionales fueron derrotados por las nuevas fuerzas políticas y quedaron excluidos de la competencia por el poder.

Pero eso es una verdad a medias. En Colombia no hay político profesional más antiguo que el representante y candidato de la izquierda tradicional, Gustavo Petro, quien obtuvo la mayor votación el domingo 29 y pasó a la segunda vuelta.

Petro es un militante político revolucionario desde los años ochenta del siglo pasado. Inclusive fue guerrillero y estuvo en la cárcel por eso. Después ha sido diputado, alcalde, senador y tres veces candidato presidencial.

Entonces, ¿qué más político tradicional y profesional hambriento de poder político que Gustavo Petro, el candidato de la izquierda radical colombiana y a escala latinoamericana del Foro de São Paulo?

Aparte de eso, para la gente democrática de Nicaragua lo verdaderamente importante y admirable de las elecciones en Colombia es que son auténticamente democráticas, nítidas y confiables. Allí los partidos se organizan libremente —sean de izquierda, centro o derecha—, hay libertad de expresión y de prensa irrestricta y a nadie se le mete en la cárcel por anunciar su intención de presentarse como candidato presidencial.

Como ningún candidato tuvo más de la mitad de los votos, los más votados, Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, tendrán que medir su fuerza electoral en una segunda vuelta, el próximo 19 de junio.

Cabe mencionar que en Colombia la elección presidencial es separada de la de miembros del poder legislativo. De manera que ya el 13 de marzo pasado los colombianos habían elegido a sus senadores y diputados, dado que el sistema de ese país es bicameral.

Al respecto, es importante tener en cuenta que aunque los partidos de la derecha democrática tradicional quedaron excluidos de la contienda presidencial, en cambio tienen una amplia mayoría legislativa.

Si Gustavo Petro ganara la segunda vuelta de la elección presidencial tendría apenas 20 senadores, del total de 108, y solo 27 de los 188 diputados. La situación de Hernández sería peor, pues tendría solo 2 diputados y ni un solo senador. De manera que cualquiera de los dos que gane el 19 de junio, tendrá que gobernar enfrentando a una sólida oposición parlamentaria. Como le ha ocurrido a Pedro Castillo en Perú.

Pero, no es seguro que Petro gane la segunda vuelta presidencial. Más bien es probable que la pierda otra vez (como la perdió en 2018 ante Iván Duque), porque toda o la gran mayoría de la derecha democrática votaría contra él.

En cualquier caso, aunque ganara Petro sería muy difícil que pudiera desmontar la institucionalidad democrática de Colombia, e imponer un régimen autoritario, como lo hicieron sus camaradas de Venezuela y Nicaragua.

Pero, lo mejor sería no correr el riesgo y hacer votos para que Hernández gane el próximo 19 de junio.

Editorial elecciones presidenciales Gustavo Petro
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