Dice el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), que un magnicidio es la “muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder”. Precisamente eso, un magnicidio, es lo que ocurrió en Japón el viernes 8 de julio, con el asesinato del líder político democrático Shinzo Abe, quien fuera dos veces primer ministro de ese gran país asiático.
En Japón no había ocurrido un crimen de semejante envergadura desde 1936, cuando fue asesinado el también ex primer ministro Saito Makoto. Cuatro años antes, en 1932, otro ex primer ministro, Takahashi Korekiyo, había muerto de la misma manera.
Pero Shinzo Abe ha entrado a la historia japonesa no solo porque fue asesinado. También por haber sido la persona que más tiempo ejerció el cargo
de primer ministro, porque saneó la economía nacional e impulsó cambios constitucionales para que Japón tenga la necesaria capacidad de defensa. Esto es más relevante ahora que se ha creado y fortalecido un bloque agresivo y expansionista de potencias no democráticas.
El magnicidio de Shinzo Abe, cometido por un individuo que utilizó un arma de fuego artesanal, causó mucha sorpresa porque en Japón casi no hay criminalidad y en cambio hay mucha seguridad pública.
Comprensiblemente, el asesinato de Shinzo Abe ha provocado gran conmoción mundial. Él fue una figura de la mayor importancia en la política internacional. De allí que todos los gobernantes del mundo, hasta los de China y Rusia, hayan enviado muestras
de condolencia al emperador, al Gobierno y al pueblo de Japón.
Entre las condolencias oficiales por la muerte del ex primer ministro japonés figura la del régimen de Nicaragua. Pero más allá de esta cortesía diplomática, hay muchos nicaragüenses que lamentan sinceramente la trágica muerte de Shinzo Abe, por la gran cooperación que brindó cuando era primer ministro.
Se han cumplido ya 87 años de las relaciones amistosas de Nicaragua con Japón. Particularmente desde los años noventa, muchos puentes, escuelas y otras obras de importancia y beneficio social, han sido construidas por Japón. Su Embajada en Managua otorga becas para formación profesional de alta calidad y realiza magníficos programas culturales que fortalecen la comprensión y la amistad entre ambas naciones.
También como socio comercial Japón es importante para Nicaragua, que ocupa el noveno lugar de origen de las importaciones japonesas y el décimo tercero como destino de sus exportaciones.
En el año 2015, al cumplirse el ochenta aniversario de las relaciones de Japón con Nicaragua, el entonces primer ministro Shinzo Abe envió al pueblo nicaragüense un mensaje manifestando su interés en “ampliar el intercambio, así como desarrollar y profundizar aún más la comprensión mutua y la amistad entre ambos pueblos”. Y así se ha hecho.
Enviamos a la Embajada de Japón en Nicaragua nuestro mensaje de pesar por la muerte del ex primer ministro Shinzo Abe. Es una gran tragedia para el pueblo japonés y para las muchas y buenas amistades que Japón tiene en Nicaragua y en todas partes del mundo.