14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Lo nuevo en la reciente resolución de la OEA sobre Nicaragua

El recién pasado viernes 12 de agosto, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó otra resolución sobre Nicaragua por la grave crisis política con repercusión internacional que sufre el país desde abril de 2018.

     Aprobada con 27 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones, esta ha sido la novena resolución aprobada por el Consejo Permanente sobre Nicaragua, durante la crisis. A las cuales se agregan otras tres resoluciones de la Asamblea General de la OEA, sobre el mismo tema. Sin embargo, ninguna de las 12 resoluciones sirvió para resolver la persistente crisis nicaragüense.

     No obstante, hay algo novedoso en la resolución del 12 de agosto, que condena otra vez al régimen de Nicaragua. Fue la participación del observador permanente del Vaticano en la OEA, monseñor Juan Antonio Cruz, y su declaración de apoyo a la resolución, sobre todo en lo que se refiere a la condena de la persecución que sufre la Iglesia católica,  

     El representante del Vaticano dijo en la sesión del Consejo Permanente de la OEA que “la Santa Sede no puede dejar de manifestar su preocupación al respecto, mientras asegura su deseo de colaborar siempre con quienes apuestan al diálogo como instrumento indispensable de la democracia y garante de una civilización más humana y fraterna”.

     Este ha sido el primer pronunciamiento de un delegado del Vaticano, sobre Nicaragua, desde que el 10 de septiembre de 2019 lo hiciera el arzobispo Iván Jurkovic, representante de la Santa Sede ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

En aquella ocasión, el representante del Vaticano demandó la implementación de  los acuerdos del diálogo nacional que fueron aprobados en el Incae, y que a la mayor brevedad se aprobaran las reformas electorales necesarias para celebrar en Nicaragua elecciones libres, limpias y observadas internacionalmente.

Como es bien conocido, la Santa Sede participó en los dos diálogos nacionales que se realizaron en Nicaragua, a raíz del estallido de la crisis en abril de 2018. En el primero lo hizo asesorando el nuncio apostólico a la Conferencia Episcopal, que por petición de Daniel Ortega organizó el diálogo nacional de mayo y junio en el Seminario de Fátima. Y en el segundo diálogo, realizado en el Incae en febrero-marzo de 2019, el nuncio monseñor Stanislaw Sommertag participó directamente, como mediador, junto con un representante de  la OEA.

Ambos diálogos fracasaron por distintas razones. Pero es evidente que ante la persistencia y agravamiento de la crisis, ahora con la Iglesia católica como principal víctima de la represión, el Vaticano insiste en la propuesta del diálogo como el camino pacífico idóneo para resolver cualquier conflicto.

También es interesante que el representante del Vaticano en la OEA se haya pronunciado sobre la situación de Nicaragua, cuando han aumentado las críticas al papa Francisco por su silencio, a pesar de lo mucho que está sufriendo la Iglesia católica de este país.

Hace un mes, el 15 de julio recién pasado, el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Rodrigo Guerra, se refirió a la crisis de Nicaragua en una declaración que dio en Bogotá al sitio web católico Religión Digital. En Nicaragua y algunos otros países latinoamericanos como Cuba y Venezuela, dijo el representante del Vaticano, se incurre otra vez en “la viejísima tentación autoritaria que suprime libertades, que no respeta la diversidad de opiniones y que termina lastimando, entre otros sectores, a la Iglesia católica que busca poder vivir y crecer en libertad”.

A partir de estas dos declaraciones consecutivas de representantes de la Santa Sede, se podría suponer que pronto el mismo papa Francisco podría pronunciarse sobre la situación de Nicaragua. Ojalá que así fuese. Ya son muchos los que critican al papa por su silencio, pero bastante más los que esperan de él un mensaje de aliento espiritual, y de respaldo a la Iglesia católica de Nicaragua que tanto está sufriendo en estos días oscuros.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí