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CONTENIDO EXCLUSIVO.“¿De dónde voy a agarrar para pagar?”, se pregunta a diario don Manuel Ulloa Castellón, de 88 años. Teme perder su vivienda. Hace tres meses y medio puso su casa como garantía de un préstamo sin saber que esta decisión se convertiría en el inicio de su martirio.
A inicios del año, su hijo Juan Ulloa Vallejos, le externó su deseo de emigrar hacia Estados Unidos para trabajar y mejorar la situación familiar. Don Manuel se sintió mal de no apoyar los sueños de su hijo y por 5,600 dólares decidió hipotecar su vivienda ubicada en el barrio Bello Amanecer de Estelí.
Se despidieron con el compromiso de que el viajero empezaría a saldar la deuda una vez pisara suelo estadounidense. “Yo me alegré porque él me llamó cuando llegó y me dijo que iba a trabajar”, relató don Manuel, a quien la alegría le duró poco. Esa fue la única comunicación que tuvo con su hijo.
Al mes debe reunir 392 dólares para cubrir los intereses que son del 7% del total de la deuda. Los intereses ya acumulan 1,568 dólares y dice que en cualquier momento puede perder su casa.
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Pero esa no es la única preocupación de este padre quien tiene más de cien días de no saber nada del hijo. Con los meses aumentan las presiones económicas y emocionales para don Manuel. “Mi hijo no responde las llamadas, no sé ni dónde está. Mi esposa se siente mal, yo soy un viejo enfermo y ahora enjaranado”, dice.
El abogado y notario Eduardo Polanco conoció el caso de don Manuel a través de una publicación de radio ABC Stereo y se ofreció a brindarle asesoría legal gratuita para evitar que pierda su casa y acceda a algún tipo de prórroga. Entre las irregularidades el jurista encontró que a don Manuel le quitaron su escritura original y le negaron copia del contrato con garantía hipotecaria al cual dice tiene derecho. Además, refiere que en todo caso el deudor primario es el hijo.
El doctor Polanco explicó a Revista DOMINGO que su oficina está tratando de acercarse al acreedor para encontrar una solución en donde su defendido no se vea afectado. “Estamos conscientes que hay una deuda y buscamos que se le dé tiempo a don Manuel para mientras ubican al hijo que es el deudor principal para que se encargue de los pagos correspondientes”.
En este sentido, el abogado Polanco refiere que dentro de la escritura de don Manuel existe una cláusula prohibitiva que establece que no puede haber enajenación por el período de cinco años y esta se vence en 2026. “Pero sí puede haber hipoteca, porque enajenación es ceder o vender o transferir y al menos aquí en el norte, los jueces no están haciendo desalojos”.
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De acuerdo con el relato del jurista, don Manuel le comentó que fue su hijo quien contactó al prestamista particular y efectuaron la transacción en presencia de una abogada. “Dice don Manuel que a él no le leen la escritura y simplemente lo hacen firmar”, precisa.
Polanco detalla que la ley de Contrato en Nicaragua y la ley del Notariado exime bajo sospecha de nulidad y explica que de no leerse al otorgante la escritura para que quede claro de los alcances, derechos y obligaciones adquiridas, el contrato se vuelve nulo. “Además don Manuel dice que su hijo era un bebedor consuetudinario y andaba en estado de ebriedad cuando realizaron esa transacción”, agrega.
De igual manera, el abogado Eduardo Polanco asegura que en el norte de Nicaragua es fácil llegar a los prestamistas porque a diario las personas suben sus pertenencias o propiedades a grupos de Facebook como “Ventas Locas de Estelí” y los prestamistas les contactan con facilidad.
Temor a desalojo
Entre enero y julio de 2022 llegaron casi 100 mil nicaragüenses a Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras reportó al menos 96, 193migrantes nicas, es decir, 201 veces más que en 2021.
Para el litigante Manuel Nicaragua con la ola migratoria de los últimos meses se han disparados las demandas hipotecarias porque muchos migrantes que salen del país acuden a prestamistas particulares y utilizan ese dinero para el viaje, pero dejan la propiedad a cargo de otra persona.
“Al no estar la persona se suspende la tramitación civil porque ahora el nuevo Código Procesal Civil dice que se debe notificar de manera personal o dejarse fijada y al demostrarse que la persona no está en el país da lugar a la suspensión del proceso civil para proceder a realizar acciones penales por estafa”.
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Sin embargo, Nicaragua refiere que en la práctica son los prestamistas quienes asumen sus gestiones de alto riesgo porque judicialmente tienen mucho que perder ya que la mayoría no están legalmente constituidos ni cobran el interés como lo estipula la Ley 684, ley de Regulación de Préstamos en Particulares que es de 24% anual más el 50 por ciento.
“Como son préstamos con intereses elevados se hacen con otras figuras como retroventas o compraventas directas para encubrir los préstamos, pero con facilidad se determina que se trata de un préstamo, es decir en la práctica no es tan fácil ir a desalojar a alguien por mucha documentación firmada”, concluye.
Vender para pagar
Elvis Castillo no conoce a don Manuel, pero vivió en un barrio vecino hasta hace seis meses que emigró a Estados Unidos. Lo logró en el segundo intento. Cuenta como se endeudó y perdió su casa.
En junio de 2021, Elvis adquirió un préstamo de 6,000 dólares con un prestamista que casi “le saca los ojos”. Dice que el préstamo lo ocupó para pagar el coyote que lo llevaría a Estados Unidos. El viaje tardó unos doce días. Recuerda que se entregó a Migración un viernes por la noche y domingo ya estaba en Ciudad Juárez, México.
“Nosotros habíamos llegado a Texas cruzado el Río Bravo, estuvimos en una cárcel de McAllen, éramos como treinta migrantes que ni alcanzábamos en la celda. Nos llevaron con engaños a México”.
Elvis narra que a todo su grupo lo esposaron de manos y pies y lo subieron a un avión con la promesa de que serían llevados a otra cárcel migratoria para revisar cada uno de sus casos y en caso que alguno ameritara de abogado, se lo iba a proporcionar el Estado.
“Nos tiraron en el desierto de Ciudad Juárez en chinelas y con trajes de presos. Sin un solo peso en la bolsa para devolvernos a nuestro país”, recuerda.
De los seis mil dólares, Elvis había dejado mil dólares a su esposa para cualquier emergencia. “Mi esposa me depositó como quinientos dólares para regresarme en bus”.
Relata que volvió endeudado y derrotado. “Los intereses me estaban comiendo y decidí vender la casa para pagar la deuda porque esos seis mil dólares del primer viaje se perdieron completamente”.
Elvis vendió la casa en 20,000 dólares y canceló la deuda del primer viaje fallido. Compró un terreno que le costó casi 9,000 dólares y el resto del dinero lo ocupó en su segundo intento para llegar a Estados Unidos.
Dice que antes de vender la casa recurrió a un segundo prestamista, al escuchar las condiciones desistió del crédito y prefirió vender su propiedad. “Yo le estaba pidiendo 15,000 dólares por la hipoteca de mi casa con ese dinero pensaba pagar lo que debía y viajar, pero el prestamista me dijo que tenía que desalojar mi casa y transcribirla a su nombre por eso la preferí vender porque al final me iba a quedar alquilando”.
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Tiene seis meses de haber llegado a Estados Unidos, reconoce que al principio se desilusionó porque esperaba encontrarse con otra realidad. “Tuve ganas hasta de regresarme porque solo ganaba para comida y piso, pero volver dos veces no, ya no me puedo darme ese lujo”.
Sus tres hijos y su esposa viven en Costa Rica con su suegra. “Mis hijos ya no tienen casa y mis planes son trabajar duro aquí para comprarles la casita”, dice vi telefónica desde Miami.
Los que nunca pierden
Alejandro vio por las noticias que las autoridades mexicanas rescataron a 127 migrantes nicaragüenses el 13 de agosto de 2022 en Coahuila. Los migrantes eran transportados en un tráiler de manera ilegal, hacinados y sin alimentos.
“Dicen rescate, pero para esas personas que ha puesto su esfuerzo y sacrificio en ese viaje no lo son porque pagaron y tal vez hasta se endeudaron por salir del país y lo más seguro es que los devuelvan”, cuestiona.
En 2021, Alejandro emigró con su hermano menor a Estados Unidos a ambos los regresaron. “Yo no tenía el dinero para pagar el viaje. Le dije al coyote que tenía un camioncito valorado en 12,000 dólares que lo estaba vendiendo barato para pagarme el viaje, me dijo que se lo diera. Yo perdí, pero el coyote no porque esa gente nunca pierde”.
Los coyotes han utilizado las redes sociales para promocionarse, sin embargo, Alejandro cree que la publicidad más efectiva son las recomendaciones de conocidos. “Yo viajé en junio. Para entonces no eran tan visible los coyotes, ahora hay hasta para escoger porque hay más demanda”.
Alejandro dice que en el camino conoció varias historias similares a la suya donde los padres de migrantes pagaban con sus bienes a falta de efectivo. “La crisis migratoria no hace diferencia política. Tengo un vecino sandinista que quedó rentando porque vendió su casa para pagar el viaje a sus dos hijos. Ahora ellos solo le mandan 100 dólares mensual entre los dos”.
