CONTENIDO EXCLUSIVO.
CONTENIDO EXCLUSIVO.Cuando Blake Treinen lanzaba para los Atléticos de Oakland en 2018, Jonathan Loáisiga notó algo en sus picheos que le llamó la atención. Tiraba una pelota que se movía hacia dentro de los bateadores derechos obligándolos a batear muchos roletazos y en otras ocasiones los terminaba ponchando. Ese año Treinen como relevista ganó nueve y perdió dos partidos, terminando con una impresionante efectividad de 0.78.
Loáisiga inmediatamente fue donde su pitching coach y le propuso que aprendería a lanzar ese picheo. “Recuerdo que estaba en la loma y lo comencé a probar, lo fui practicando y lo inicié a tirar en los partidos, mi coach me dijo que lo siguiera lanzando al ver los resultados y desde ese año lo he venido puliendo hasta el punto en el cual se ha convertido en mi lanzamiento principal”, dice.
El muchacho de Las Sierritas de Santo Domingo demostró astucia en aprender con solo ver a sus oponentes, absorbiendo una herramienta del rival que ahora la lanza en 99 millas sostenidas y ha llegado a picos de 101 millas. “No sé si aprenderé a lanzar otro lanzamiento, uno nunca sabe. Les preguntaré a mis entrenadores en la temporada muerta qué me recomiendan”, comentó, además se refirió a su notable mejoría y cómo se ve desbordado de confianza en sus últimos relevos: “Me doy cuenta que recobro la confianza cuando transmito energía en la loma y no estoy tímido. A veces uno tiene falta de confianza cuando no querés lanzar tu segundo mejor picheo, uno debe tirar lo que cree conveniente sin pensarla mucho, dejarlo que fluya. Por eso diría que cuando estás bien no pensás mucho, solo tirás y dejás que el cuadro te ayude a sacar outs”.
Te puede interesar: Así fue cómo Jonathan Loáisiga pasó de lanzar 92 millas a 101 con los Yanquis de Nueva York
Aunque parece manejar todos los detalles de su profesión, es consciente que tiene que estar en constante mejoría. “Siempre hay algo para trabajar en Grandes Ligas como pequeños ajustes, uno cree que está bien y para eso está todo el staff para esos pequeños detalles como la mecánica, los pasos muy largos, el brazo muy atrás o como me pasó recientemente que estaba llevando el brazo cerca de la oreja y provocaba que mis picheos no cayeran donde yo quería y ahora el brazo y la caída están mejor”, explicó.