El Tribunal Penal de Goicochea en Costa Rica declaró no culpable del delito de homicidio a un nicaragüense de apellidos Solís Mendoza, de 22 años, acusado por la Fiscalía de participar en el crimen de Emily Raquel Altamirano Muñoz, de 26 años.
A Emily Altamirano Muñoz la mataron de 11 impactos de bala el 20 de agosto del 2021, cuando estaba en la acera de su casa en la comunidad de Miravalles de Tirrases. En esa fecha la víctima celebraba el cumpleaños del menor de sus tres hijos.
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A Solís Mendoza, apodado el Chucky, y quien trabajaba como tatuador, el tribunal costarricense lo absolvió sobre la base de la duda razonable que según el Código Penal de ese país, al igual que en Nicaragua, siempre debe ser aplicada a favor del acusado.
Junto al connacional también fue absuelto por igual razón el costarricense de apellidos Montenegro Arronis, de 55 años y quien trabajaba como porteador (conductor de taxis piratas).
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no tuvo suficientes pruebas contra estos dos acusados y los vecinos no quisieron declarar por temor a represalias.
Asesinada por venganza
En el juicio donde al final fue declarado culpable el peluquero costarricense que se apellida Gamboa Castillo, de 26 años, declaró como testigo de la Fiscalía, Kimberly Altamirano, hermana de la víctima, quien afirmó ante los jueces del tribunal que a Emily Raquel la asesinaron en venganza por un primo que aparentemente cometió un crimen.
Kimberly Altamirano relató ante el tribunal que ese día (20 de agosto del 2021) ella llamó a las 7:00 de la mañana a Emily Raquel para cantarle Las mañanitas a ella y su sobrino, pero dos horas más tarde su hermana la llamó llorando y preguntando por un primo de ellas, a quien le dicen Zadra, o bien por la mamá de él.
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Pasados cinco minutos después de esa segunda llamada se escucharon varias detonaciones que resultaron ser descargas de las balas que terminaron con la vida de su hermana Emily Raquel, refirió Kimberly Altamirano.
La hermana de la víctima declaró ante el tribunal que ella vio cuando el nicaragüense Solís Mendoza y el tico Gamboa pasaron corriendo por la zona.
El sujeto de apellidos Gamboa Castillo fue declarado culpable porque fue visto por un policía cuando corría cerca del cadáver de la joven y se guardaba el arma en la pretina del pantalón. Además le hallaron partículas de pólvora en la mano.