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Román González junto a Marcos Caballero durante la pelea. LAPRENSA/MATCHROOM BOXING

Sale a la luz el problema que le impidió moverse a Román González en la trilogía

Marcos Caballero, entrenador de Chocolatito, siente impotencia. No esperaba ese desenlace y más cuando se realizó una preparación de primer nivel, reconcentrado de todo el exterior que podía perjudicarlo durante tres meses completos

En el día después, la tormenta se calmó. Román González estaba junto a Marcos Caballero y los demás integrantes de su equipo de trabajo. Alistaban maletas para salir de la pesadilla vivida en Arizona. Chocolatito sostiene que no debió perder el combate, considera haber hecho lo suficiente para ganar la pelea y se siente decepcionado de los jueces. “Hay mucha mafia en el boxeo”, dice, y agrega: “siempre es lo mismo, no sé qué pasa”, comenta mientras platicamos de manera informal. González es un hombre que no pone excusas, prefiera callar cuando surge una dificultad. Su honorabilidad boxística no le permite decir todos los imprevistos ocurridos, no quiere manchar el momento del mexicano.

Marcos Caballero, entrenador de Chocolatito, siente impotencia. No esperaba ese desenlace y más cuando se realizó una preparación de primer nivel, reconcentrado de todo el exterior que podía perjudicarlo durante tres meses completos. Le pregunto por los dos primeros asaltos obsequiados por González al Gallo. “Esta vez el plan era presionar desde el principio, sin embargo, algo no estaba bien desde el inicio del combate. Choco empezó a sentir calambres, prácticamente hizo una pelea sin piernas, esa era una de las razones por las cuales se vio de reacción lenta para seguir al mexicano”, explica Caballero.

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Y es que el Gallo se movió a su antojo y entraba y salía de las sogas con mucha facilidad, mientras el problema de las piernas de Román no le permitía su completo despliegue para cerrar el perímetro y obligarlo al intercambio. “Lo mandamos a tirar por dentro y le decíamos que la pelea estaba demasiada cerrada que debía reaccionar, sin embargo, no pudo. También le masajeábamos las piernas. Si bien es cierto no fue la mejor presentación si la comparamos con las anteriores, Chocolatito aún está en la élite y le gana al resto de campeones mundiales de las 115 libras. Para mí debíamos haber ganado el combate”, concluyó Caballero, el hombre que provocó el renacimiento del nicaragüense y se sostiene en medio de la tempestad.

Deportes Marcos Caballero Román González

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