Ayer se realizó en Antigua Guatemala la Asamblea Informativa de la Red Centroamericana de Periodistas y dos mensajes claros en ese encuentro fueron: uno que el silencio no es una opción y dos, la necesidad de unir a periodistas de todos los países de Centroamérica en la defensa de los hombres y mujeres de prensa.
Nicaragua sigue siendo “el espejo”, yo diría más el mal ejemplo de la región, pero ya es un norte de lo que puede llegar a pasar, patrones de agresiones y por supuesto un punto de partida para tomar acciones que permitan defender al periodismo.
Las líneas de trabajo de varias organizaciones coinciden, en primer lugar, la protección a la integridad de los periodistas, un segundo punto la protección legal que va desde apoyar a los colegas cuando los gobiernos, regímenes, autoridades manipulan las leyes para reprimir a quienes ejercen la libertad de expresión e información y no menos importarte la tercera línea es el apoyo psicológico.
Sé que hay más líneas a atender como la económica, la académica y otras, pero me centro en estas tres. La salida de un periodista va más allá de trasladar un cuerpo de un país a otro, es negarle su derecho a un proyecto de vida en el país que le vio nacer, es afectación a sus familiares, sobre todo aquellos que tienen hijos, y para quienes se trasladan con su núcleo familiar es un peso económico mucho mayor.
En cuanto a la parte legal diría que tiene al menos, dos aristas: la de la criminalización de los periodistas de diferentes formas, cada gobierno se las inventa según las legislaciones que manipulan más fácilmente y otra sería la de la legalización de quienes se trasladan a otro país.
Finalmente, la línea de la atención psicosocial pasa por el reconocimiento de que los periodistas no son “superhéroes”, son seres humanos y son víctimas de agresiones, de criminalizaciones, de exilio, de regímenes que no simpatizan con lo que representa la prensa: libertad de expresión e información.
¿Por qué el silencio no es una opción? En mi opinión, el silencio es la desesperanza, es la caída de la vía para denunciar las agresiones y demandar el cumplimiento de otros derechos.
Un exministro de Educación decía que la educación es la llave que abre la puerta a otros derechos, creo que el papel de educar de la comunicación, de los periodistas es lo que hace que todos quieran tener esa llave y que los regímenes autoritarios quieran ser los únicos que las manejen.
Finalizo diciendo que la frase de la Red Centroamericana de Periodistas me recuerda mucho a una campaña con niños que se llama “No me voy a callar”, que busca incentivar en los niños y niñas el no aceptar lo que un “adulto” le dice. En resumen, la campaña es de niños que están pintando y llega un hombre de traje y le dice no puedes usar tal color, lo tapa con una manta negra y los niños reclaman “por qué” y ante la respuesta de “porque yo lo digo” se ponen tristes, pero hay una niña que le dice “y qué” y le pide quitar el manto negro de su dibujo de un arcoíris.
Espero que este lema y la Red de Centroamericana de Periodistas logre quitar el manto negro que se coloca en los países a la información porque deja esa tristeza que mostraban los niños, pero también impide que los ciudadanos hagan cosas, pintar puede ser el ejemplo de tomar las mejores decisiones para el desarrollo de una nación o la sobrevivencia de la democracia.
La autora es licenciada en Comunicación Social.