El triunfo del presidente electo Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre recién pasado obedece a varios factores, entre los cuales está que, en una contienda electoral, no se puede cambiar de caballo en medio de la misma y montarse en uno que no tenía las condiciones necesarias para ganar la contienda. Con este símil me estoy refiriendo al cambio de candidatura de Biden por su vicepresidente Kamala Harris, no muy conocida en la política, a solo dos meses de las elecciones y menos con un candidato contrario de la categoría de Donald Trump.
Esa es una de las causas, pero no la única que ocasionaron la derrota de Kamala, ya que quizás la más importante haya sido el hecho de que venía de una administración sin brillo, en la que las cuestiones económicas y financieras, estaban causando el descontento general de la población, que sentía el peso de los precios altos en los bienes de primera necesidad y de la inflación que también causaron descontento en la población en general. Y apoyo del tema del aborto de la que era defensora acérrima y que chocaba con los postulados republicanos en el tema
Otro tema que la Administración Biden descuidó y lo puso en manos de su vicepresidente Kamala Harris fue la emigración, confundida entre un mar de agencias y disposiciones que también fueron razón de peso para que hubiese malestar en la población, en general, tanto en los que ya tenían un estatus migratorio y los que buscaban como entrar en territorio norteamericano vías ilegales.
Además, el carisma del propio Donad Trump tuvo sus efectos muy importantes. Aún con todos los cuestionamientos judiciales que traía en su mochila el candidato Trump, entre otras cosas el juicio que se le siguió por haber querido silenciar una relación extramarital con Stormy Daniel una actriz porno a la que a través de un intermediario se le entregó 130,000 dólares, que provenía de los fondos de su campaña electoral. Y se acusa de otros 34 cargos, que todavía están en la misma acusación. Y también se le acusa entre otros casos como la sustracción de documentos considerados secretos de Estado que se llevó a su residencia a Mar-A-Lago en Florida y juicios civiles por impuestos y otras cuestiones relacionadas con sus empresas.
Parece ser que cada vez que se enfrentaba a la justicia, en vez de causarle daño salía fortalecido y su carisma subía a la vez que incluso los apoyos económicos subían para pagar los gastos de los enfrentamientos con la justicia, lo que venía a demostrar que Trump tenía de su lado a millones de estadounidenses que estaban a su favor. De este juicio salió condenado y pidió al juez que le postergara su publicación de la sentencia del jurado hasta después de las elecciones, lo que a la larga, y una vez que ha ganado las elecciones del 5 de septiembre, tendrá que ver qué pasa ahora. Recordemos que aunque hubiera salido condenado no hubiera sido un obstáculo para presentar su candidatura a la Presidencia.
Pero veamos qué le ha llevado a la Presidencia de nuevo para un segundo mandato habiendo perdido las elecciones contra Biden en los comicios anteriores. En la historia de los presidentes solo hay un caso como el de ahora, ya que solo Grover Cleveland, quien fue presidente el primer periodo entre 1885 y 1889 y su segundo fue de 1893 a 1897.
En estas elecciones las encuestas siempre hablaron de ser muy ajustadas y que se decidirían por unos porcentajes muy estrechos, lo que no ha resultado de esta manera, ya que Donald Trump ha ganado por un amplio margen tanto en votantes personales, como en el Colegio Electoral, que es el que decide en realidad quién será el presidente, y Trump hasta este momento lleva 297 votos electorales, cifra suficiente para ser designado presidente, ya que el número total de votos electorales son 538 y se gana con la mitad más uno, o sea, 270 votos electorales, Kamala obtuvo 226 y en votos populares 680,099,364 mientras los populares de Trump llegaron a los 72,774,205 votos. Otra especialidad de estas elecciones es que el presidente puede perder en número de votos personales y ganar la Presidencia, como sucedió por ejemplo en las elecciones contra Hillary Clinton, en las que los votos personales fueron mayores que los de Trump. En estas elecciones Trump ha ganado tanto en votos electorales como en los votos personales como hemos visto en las cifras detalladas más arriba.
Está meridianamente claro que la opción de Kamala Harris no estaba a la altura de la de Donald Trump, ya que las proyecciones que podrían dar la ganancia, a cualquiera de los dos candidatos se centraban en Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada, los llamados swing states y se llaman así porque a veces votan a los candidatos republicanos y otras a los demócratas, y esta vez se inclinaron al lado republicano, lo que ayudó a teñir de rojo (republicanos) el mapa electoral norteamericano y que ayudó a la victoria es el hecho que incluso ha ganado el Senado para los republicanos con 52 senadores republicanos y según parece tendrá también el control de la Cámara de Representantes.
Otro aspecto importante es como votaron los blancos, los latinos, los judíos, afroamericanos, que cada vez han crecido más en número de votantes, otro grupo importante es que las mujeres son un grupo importante en número y parece ser que los blancos, los latinos, las mujeres y buen número de afroamericanos se inclinaron por Trump, lo que fortaleció su triunfo.
Veamos el programa de Trump. Una vez instalado en la Casa Blanca, según sus discursos promete la expulsión de inmigrantes ilegales instalados en EE.UU., proteger la seguridad de los estadounidenses, atraer inversiones que estaban fuera, rebajar impuestos, atajar la inflación, subir aranceles a los productos que vengan de China, Europa, México, especialmente a los coches eléctricos chinos, a los vehículos hechos en su vecino mexicano, desregulación y renegociación de acuerdos comerciales, apoyo a la industria de combustibles fósiles y un plan de infraestructuras fuerte, subsidio a los agricultores sector muy importante económicamente, en defensa aumento del gasto de manera más eficiente y otras medidas que dado su amplio escenario no puedo seguir enumerándolos, ya que no cabrían en esta columna.
Trump, como nuevo 47º presidente de los EE.UU., llega muy fortalecido en todos los sentidos debido al control que su partido ejercerá sobre el Ejecutivo y las cámaras, por lo que tendrá un periodo presidencial bastante cómodo y sin sobresaltos, ya que la pérdida de los demócratas los deja muy debilitados y con la necesidad urgente de reestructurar su partido.
El autor es abogado nicaragüense residente en España.