Los hombres nicaragüenses tienen uno de los niveles más altos de infidelidad en la región centroamericana, según un estudio realizado en 2008 por la Organización Panamericana de Mercadeo Social (Pasmo).
La infidelidad alcanza el 77 por ciento de la población masculina, sólo superada por Guatemala y Panamá, que alcanzan el 79 por ciento.
Esta tendencia resulta preocupante, porque los infieles pueden significar un puente de transmisión del VIH para sus parejas.
Según informó el doctor Donald Moncada, director de programas de Pasmo, en varias investigaciones para la prevención del VIH que ha realizado la organización se evidencia que hay un alto porcentaje de población que utiliza preservativo para las relaciones sexuales extramaritales, pero no lo usan con sus parejas.
“Ellos probablemente estén llevando una infección de transmisión sexual, incluso el VIH a las amas de casa”, señaló Moncada.
El estudio, que pretendía realizar un perfil del hombre centroamericano, revela que tan sólo el 28 por ciento de los centroamericanos encuestados le era fiel a su pareja.
En el caso de los nicaragüenses, éstos se inclinaron más hacia el perfil de hombre denominado “poderoso”, que según los investigadores se acerca más al tipo machista. El estudio también mostraba que el 33 por ciento de los hombres nicaragüenses utiliza recurrentemente los moteles y un 28 por ciento utiliza los servicios de “sexo-servidoras”.
LAS RELACIONES INICIAN MÁS TEMPRANO
Ayer Pasmo presentó los resultados de un estudio de seguimiento sobre la prevención del VIH en mujeres trabajadoras del sexo y hombres que tienen sexo con hombres. Si se comparan los resultados de este estudio con los del estudio realizado en 2007, se evidencia que hay una disminución en el uso consistente del condón.
“Se encuentran poblaciones que están usando más condón, pero no lo están usando de manera consistente. Qué queremos decir, que lo tienen que usar en todas las relaciones sexuales y desde el inicio hasta el final de la relación sexual”, manifestó Moncada.
El experto también mencionó que aunque en el país el promedio en la edad del inicio de la vida sexual activa comienza a los 14 años, se encuentran adolescentes que tienen relaciones a los 12 ó 13 años.
“Probablemente en un par de años vamos a encontrar que la media en la edad del inicio de las relaciones vaya bajando”, dijo Moncada.
Pero lo más preocupante, según Moncada, es que la población joven que utiliza preservativos es menor que la población de trabajadoras del sexo o de hombres que tienen sexo con hombres, que lo utilizan. Es decir que los jóvenes se están cuidando menos que estos dos sectores que presentan mayor vulnerabilidad ante la epidemia del VIH.
INFECTADOS SON JÓVENES
Según indicó el doctor Enrique Beteta, secretario general del Ministerio de Salud (Minsa) y presidente de la Comisión Nicaragüense del Sida (Conisida), hasta el momento el país ya supera los cinco mil casos positivos de VIH, desde que apareció la epidemia en 1987. De este total, Beteta señala que más del 70 por ciento de los infectados son jóvenes.
“Es un grupo de población al que tenemos que generar mucha información. En el sistema educativo es donde tenemos cautiva a la población juvenil y es donde debemos incidir para hablar de la sexualidad, del uso del preservativo, de la abstinencia; porque hay grupos religiosos que se enfocan en eso”, expresó Beteta.
Sin embargo, aunque la mayor parte de población infectada por VIH son hombres, en el caso de otras infecciones de transmisión sexual, las mayores perjudicadas son las mujeres.
“Esto se debe al contenido anatómico de la mujer, porque la mujer es el receptáculo; el hombre eyacula y todo queda en la vagina de la mujer y eso facilita que las infecciones sean más frecuentes”, señaló Beteta.
SÓLO SE PROTEGEN DE EMBARAZOS
Por otro lado, gran parte de las adolescentes evitan quedar embarazadas utilizando la píldora de la mañana siguiente, cuyo uso es indiscriminado e incorrecto, según el doctor Moncada.
“Se está utilizando como método de planificación familiar, lo que no es. Es una pastilla de emergencia y no debería usarse más de dos veces al año y hay mujeres que lo usan cada semana”, indicó Moncada.
Según él, con estos métodos sólo se está protegiendo contra un embarazo y no contra una infección de transmisión sexual, por lo que se hace necesaria la capacitación y la educación para estar conscientes que un condón “también te puede servir para planificar y para protegerte del VIH”, puntualizó Moncada.
Beteta por su parte recomienda que si ya se inició la vida sexual, lo ideal es usar un método anticonceptivo que tenga consecutividad.
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