Fátima Arellano
Difícilmente a una mujer le guste ver su rostro con machas. No es estético y, cuando hay una producción excesiva, hasta tiende a afectar el autoestima.
A esas manchas oscuras o pigmentadas, que difieren de las pecas, se les denomina melasma, un trastorno cutáneo muy común en las mujeres.
De acuerdo con el doctor Jorge Neira, dermatólogo de la Clínica Piel de Ángel, el melasma es una hipermelanosis irregular de la cara, generalmente simétrica, que va desde café claro a oscuro. Afecta principalmente a mujeres en edad reproductiva y solo el 10 por ciento de los casos son hombres.
“El melasma está íntimamente relacionado con la exposición a la radiación solar. El rostro es la zona que recibe la máxima exposición. La mayoría de los pacientes notan la aparición del melasma durante los meses de verano, lo que sugiere que la exposición a la radiación ultravioleta (RUV) juega un papel importante como agente etiológico en la patogénesis del melasma”, explica el dermatólogo.
AGRAVANTES DEL MELASMA
Muchas personas solo atribuyen este trastorno a mujeres embarazadas, pero solo el 30 por ciento lo llega a padecer. Se ha comprobado que existen otras causas como los preparados hormonales anticonceptivos, pues tienen la capacidad de inducir pigmentación, la cual no desaparece con la interrupción de la terapia, a diferencia de lo que ocurre en el embarazo. No obstante, el mayor agravante es la excesiva exposición solar.
“También existe una variedad de medicamentos que pueden producir hiperpigmentación por la habilidad para estimular la melanogénesis o por la distribución de estas sustancias dentro de las capas superiores del corium. El número y tamaño de máculas hiperpigmentadas es muy variable, pueden ser únicas o múltiples, de bordes precisos o difuminados y suelen presentarse de forma simétrica, sobre todo en la frente, mejillas, labio superior y mentón”, detalla el doctor Neira.
TIPOS DE MELASMA
De acuerdo con la distribución de la pigmentación, existen tres tipos de melasma: Centrofacial, que afecta la frente, labio superior, nariz y mentón en un 64 por ciento. Malar, en regiones cigomáticas y dorso nasal en un 27 por ciento, y mandibular, rama inferior de la mandíbula. Este es el patrón menos frecuente, pues afecta en un nueve por ciento.
“Hay melasmas que son más evidentes en otras zonas, como en la frente o las formas localizadas en antebrazos que se manifiestan como pequeñas manchas o formando placas confluyentes, que al igual que el cloasma de la cara puede mostrar una clara línea de demarcación en sus bordes”.
La radiación solar es el factor más importante en todos los casos, de tal forma que el melasma se exacerba en los meses de verano y mejora al dejar la exposición a la luz solar.
TRATAMIENTO
Lo primero que se debe realizar es una valoración exhaustiva del melasma, como intensidad, localización y profundidad del pigmento.
Entre los tratamientos más comunes está la fotoprotección, el tratamiento médico despigmentante, los peelings químicos y el tratamiento láser.
“Revertir el melasma o mejorar la apariencia del rostro es muy complicado y muchas veces no alcanzamos los resultados esperados. En todo caso, después de identificar posibles causas, es preciso exponer con toda claridad a la paciente los problemas del tratamiento. Es necesario insistir en que si no hay una adecuada fotoprotección, el tratamiento no sirve”, exhorta el doctor Neira.
Es más fácil y sencillo prevenir las manchas protegiendo la piel y el rostro de los rayos solares. El doctor hace hincapié en el uso diario del protector o bloqueador solar, así como accesorios que por nuestro clima son propicios, como lentes oscuros, gorra y sombreros. Cuida tu rostro, ya que es tu mejor presentación.
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