Fátima Arellano
¿Qué significaron para usted estos 12 años?
Realmente mucha satisfacción y un cambio de vida porque el contacto con las personas me permitió crecer y madurar más como ser humano. Hablar y conocer la pobreza me enseñó a no juzgar y a ser más agradecida. Para mí ha sido un proceso muy enriquecedor y le agradezco a Dios por haberme permitido producir y presentar este programa.
¿Hay grandes diferencias de cuando comenzó el programa?
Siento que sí, partiendo que cuando inicié tenía 28 años y ahora tengo 40. Uno va madurando y creciendo. Todo te da experiencia. Cuando inicié no comprendía mucho los retos por los que tiene que pasar la gente en su vida, pero cuando te estás involucrando, comprendés la realidad de las personas y valorás su historia. Trato de no juzgar y de no quejarme porque he comprendido que lo más valioso es tener salud. Ahora estoy llena de gratitud.
¿Qué fue lo más difícil de estos años?
El tiempo que hubiera querido dedicarle más a mis hijos. Yo siempre he dicho que cuando uno hace lo que le gusta, nada es difícil, pero a veces amanecía editando el programa y mi hijo menor se acostaba noche esperando a que le ayudara con sus tareas. Mi familia siempre me ha apoyado, pero reconozco que muchas veces hubiera querido darles más tiempo.
¿Alguna vez sintió que se acababan las ideas o los temas para producir un programa?
Sí, costaba hacer la planificación y pensar en los temas que produciríamos, pero nunca sentí que no tenía nada que presentar, quizás porque las personas nos escribían y nos impulsaban con sus historias.
¿Con tantos programas que produjo, hay alguno que le haya impactado más?
Siempre recuerdo el caso de una señora que mató a sus tres hijos y se suicidó porque no tenía comida. La historia la conocí a través de su hermana a quien entrevisté. La señora logró llegar aún con vida al hospital y le contó a su hermana por qué lo había hecho. Ella murió y su historia me consternó muchísimo. Realmente fue triste. A veces uno no valora lo que tiene en casa, se queja y lamenta, cuando otras personas darían lo que fuera por lo que nosotros tenemos.
¿Con tanto cariño que ha recibido y con la admiración de su público, por qué se despidió?
La verdad es que el formato de talk show es muy costoso, desde la planificación hasta llevarlo al aire. Estoy agradecida con la empresa privada de Nicaragua porque siempre nos apoyó, pero cada vez se volvía más costoso, al punto que llegué a cuestionarlo. Aunque me encantaba el programa, a veces nos iba bien y a veces no. Todo esto se unió con mis deseos de seguir estudiando y como comencé una certificación en el área de desarrollo personal, consideré que era el momento oportuno de parar y evaluar qué más puedo hacer.
¿Y ya sabe qué más hará?
Me estoy concediendo el tiempo para analizarlo bien. Sé que no podré estar mucho tiempo sin nada que hacer porque soy hiperactiva, pero aún no tengo nada concreto. Lo que sí tengo claro es que de donde esté emprenderé una labor social.
¿Su personalidad no le permite optar por un año sabático?
Sí lo pensé, pero yo no puedo estar quieta. A mí me gusta lo que hago y ya hoy me sentía rarísima sin hacer mucho. Aparte porque me siento con tanta energía y aún joven que sé que tengo toda una vida por delante.
Su esposo Alejandro, quien estuvo a su lado en las producciones del programa, ¿ya sabe en qué se enfocará?
Mi esposo desde hace algunos años ya no estaba de lleno con el programa, optó por dedicarse a los bienes raíces y está estable. También tenemos la empresa Pasos Producciones. Nosotros ofrecemos servicios audiovisuales para producción de documentales y vídeos empresariales.
No dudo en que la volveremos a ver con un nuevo programa.
Yo tampoco, pero no será a lo inmediato. Espero desarrollar otro formato, que sea menos costoso. Por el momento, deseo que las personas sepan que mi página en Facebook la mantendré porque me encanta el contacto con todos, pero la página oficial del programa no, ya que estaba destinada con otro fin, propio al programa. Ahora lo que deseo es crear otra página para que todas las personas podamos compartir lo que tenemos y ayudemos a los demás. Estoy pensando en llamarla “Comparte lo que necesitas”, e invito a todos a que nos unamos. También les pido sus oraciones, ya que solo Dios me puede guiar para decidir qué proyecto emprender.
Ver en la versión impresa las paginas: 9